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Promoviendo el clima comiendo más sano

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Las recomendaciones nutricionales de la Confederación pueden contribuir significativamente a alcanzar los objetivos climáticos de Suiza, según muestra un análisis de Greenpeace y WWF. Siempre y cuando prefieras los alimentos más respetuosos con el medio ambiente.

El Consejo Federal se ha fijado el objetivo de reducir la huella de carbono de los alimentos en un 25% de aquí a 2030 con respecto a 2020 y en al menos dos tercios de aquí a 2050, recordaron el lunes ambas organizaciones ecologistas. En septiembre de 2024, la Confederación publicó nuevas recomendaciones nutricionales que tienen en cuenta criterios vinculados no sólo a la salud sino también al medio ambiente.

Los especialistas en equilibrio ecológico de ESU-Services analizaron por encargo de Greenpeace Suiza y WWF Suiza hasta qué punto esta nueva pirámide alimenticia permite alcanzar el objetivo de la Confederación.

Gran margen de maniobra

El cálculo compara el impacto del consumo medio actual en Suiza con la “Dieta de Salud Planetaria”, una dieta desarrollada por un equipo internacional de científicos para permitir una alimentación sana y respetuosa con el medio ambiente en todo el mundo, así como con dos variantes de la nueva pirámide alimenticia ( mínimo y máximo).

En las recomendaciones nutricionales suizas se tuvieron en cuenta dos escenarios, porque hay mucho margen de maniobra. Para la carne, por ejemplo, la cantidad recomendada está entre cero y 360 gramos por semana.

El cálculo tiene en cuenta una variante máxima, en la que todos los alimentos especialmente perjudiciales para el medio ambiente, en particular carne y productos lácteos, se consumen en la cantidad máxima recomendada. La variante mínima se basa en la aplicación más ecológica de las recomendaciones, es decir una dieta vegetariana, sin carne ni pescado.

Variante mínima más beneficiosa

Los cálculos indican que una dieta acorde con la variante mínima de las recomendaciones nutricionales contribuiría de manera importante a una dieta respetuosa con el medio ambiente y a los objetivos climáticos federales.

Esta fuente de alimentación tiene un impacto sobre el clima que es la mitad que una fuente de alimentación con la variante máxima y dos veces y media menos significativo que la fuente de alimentación actual. Incluso tiene menos impacto en el clima y el medio ambiente que la “Dieta de Salud Planetaria”.

Se requieren acuerdos vinculantes

Para reducir el impacto de los alimentos, las personas y los hogares no son los únicos involucrados. Las autoridades políticas y los actores económicos también tienen responsabilidad, señalan ambas ONG. El cambio requiere acciones concretas de cada uno de ellos.

Esto incluye eliminar los incentivos equivocados establecidos actualmente por la política, el comercio minorista y la restauración, que promueven comportamientos contrarios a una alimentación sostenible y saludable. Para ello son necesarios acuerdos vinculantes.

“Las autoridades políticas y el comercio minorista establecen condiciones marco que determinan nuestra forma de comer”, en particular consumiendo demasiada carne y productos lácteos, subraya Mariella Meyer, especialista en alimentación sostenible del WWF, citada en el comunicado de prensa.

Política agrícola 2030

“El análisis demuestra que es posible un sistema alimentario respetuoso con el medio ambiente dentro del marco de las recomendaciones dietéticas”, apoya Barbara Wegmann, experta en consumo de Greenpeace Suiza.

“Queda por ver si la política, el comercio minorista y mayorista y los consumidores están dispuestos a tomar medidas valientes y coherentes para hacer posible este cambio en el consumo. En este sentido, la política agrícola para 2030 es una gran oportunidad”, afirmó.

Este artículo fue publicado automáticamente. Fuente: ats

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