Veinticinco años parado. Entre los archivadores de políticas federales, pocos han acumulado tanto polvo como el de la gestión de medicamentos. Desde que Ruth Dreifuss implementó la exitosa política de cuatro pilares en los años 1990 y luego convenció a sus colegas en el Consejo Federal en 2001 de la necesidad de legalizar el cannabis –antes de ser rechazada por el Parlamento–, poco o nada ha sucedido. La pionera ginebrina ciertamente ha llevado su lucha al nivel internacional, pero Suiza se ha estancado.
¿Quién ha oído a los últimos Ministros de Sanidad mostrar el más mínimo interés por la labor de prevención o por el problema del crack, por ejemplo? El liderazgo federal en materia de drogas ya no existe.
Municipios a maniobrar
Mientras tanto, la situación sobre el terreno está cambiando: venta fácil y masiva de sustancias en Internet, caída drástica de los precios, aparición de nuevos productos con efectos desastrosos, problemas de seguridad crecientes, exasperación de la población. Una ecuación compleja cuya resolución en materia de salud y seguridad queda en manos de los cantones, y especialmente de los municipios. Responden de maneras muy diversas, dependiendo de sus realidades políticas y presupuestarias, y nada puede obligarlos a dar una respuesta completa.
Pero si las grandes ciudades hacen lo que pueden, es hora de que Berna vuelva a asumir sus responsabilidades. Porque la situación actual sólo beneficia a las bandas criminales que prosperan como nunca antes y blanquean su dinero en cientos de comercios instalados en toda Suiza. La regulación de las drogas duras no está en la agenda política, pero hay que intensificar la lucha contra el tráfico y la liberalización del cannabis merece un impulso.
Despenalizar el cannabis
Para luchar contra el crimen organizado que se nutre del tráfico de drogas, se recurre a todo el sistema federal. Pero ahora tanto la Fiscalía Federal como la policía federal se dedican principalmente a la lucha contra el terrorismo. Corresponde a la política elegir entre las prioridades de compromiso de estas entidades. Porque en el contexto actual de ahorro, no quedará ni un céntimo más. Quizás lo lamentemos, pero hoy el Consejo Federal y el Parlamento, cuando piensan en la seguridad, prefieren malcriar al ejército antes que a la policía y al Ministerio Público.
El otro tema en el que debe avanzar la inteligencia federal es el de la legalización del cannabis. Más de dieciséis años después de que los suizos se negaran en las urnas, el parlamento pronto reabrirá el debate. Las pruebas piloto realizadas en los últimos meses deberían dar como resultado una solución más satisfactoria que la actual, que es costosa y deja a casi medio millón de personas en Suiza coqueteando con la ilegalidad.
Related News :