El economista senegalés Magaye Gaye reveló recientemente que envió una carta al Fondo Monetario Internacional (FMI) el 30 de septiembre, para pedir aclaraciones sobre la situación de las finanzas públicas de Senegal, que considera preocupante. En esta correspondencia, el ex funcionario del Banco de Desarrollo de África Occidental (BOAD) solicitó que se lleve a cabo una investigación interna para identificar posibles responsabilidades dentro de los equipos del FMI, en la gestión de esta situación.
Magaye Gaye subrayó que esta iniciativa se enmarca en los esfuerzos realizados por las nuevas autoridades senegalesas para evaluar y restablecer el estado de las finanzas públicas. Según él, estas autoridades han tomado medidas responsables y constructivas para corregir anomalías en la gestión pasada de las finanzas públicas del país. Gaye insistió en que este enfoque, basado en la buena fe, tiene como objetivo limpiar las prácticas y rectificar los fallos identificados en la gestión anterior de las finanzas públicas.
Sin embargo, el economista senegalés expresó su descontento por el silencio del FMI, que, según él, todavía no ha respondido a su correspondencia, ni siquiera ha enviado un acuse de recibo, más de tres meses después de enviar la carta. Magaye Gaye lamentó este silencio que, en su opinión, se desvía de los estándares de cortesía y profesionalidad esperados, sobre todo porque la carta siguió los canales oficiales apropiados. “Este silencio es tanto más lamentable cuanto que la correspondencia siguió los canales oficiales apropiados”, añadió.
A modo de comparación, Magaye Gaye habló de la actitud receptiva y cortés del Banco Mundial, que en el pasado había respondido rápida y respetuosamente a su correspondencia. Recordó que hace unos diez años, cuando denunció la suspensión de un programa de financiación en Uganda tras la adopción de una ley anti-LGBT, el Banco Mundial respondió cuidadosamente a cada una de sus cartas, mostrando así un profundo respeto por las partes interesadas.
Magaye Gaye expresó su opinión de que el silencio del FMI podría interpretarse como una condescendencia. Considera que la cuestión planteada en su correspondencia es relevante y preocupante, no sólo para las autoridades senegalesas, sino también para muchos africanos. Según él, ya es hora de que el FMI dé respuestas claras para disipar las dudas sobre la gestión de las finanzas públicas de Senegal.
Por último, el economista senegalés pidió al FMI que reaccione y responda a las preguntas legítimas que plantea esta situación, considerando que esto es esencial para restablecer la transparencia y la confianza en las prácticas financieras internacionales.
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