Oscar Burillo, director de fitness del Saignelégier, que asumió la dirección de la sala del Centro de Ocio hace 14 años, no ve con malos ojos la llegada de una nueva sala. “Esto permitirá que nuevas personas descubran la práctica”, cree el directivo. El gimnasio Saignelégier incluye una sala con máquinas de fitness, una sala de clases para grupos y una sala de “fitness funcional”.
Un proyecto que se duplica
Rémy Stadelmann no es el único que abrirá un gimnasio en los próximos meses. En Les Breuleux, Céline Dubois y Mathias Rais se han unido para abrir una sala de fitness en Les Breuleux y Noirmont. En un principio, el proyecto sólo se refería al pueblo de Breulotier, afirma Céline Dubois. “Yo también soy deportista y busqué lo que faltaba en el pueblo, sobre todo para animar más el centro”, dice. Mientras esperaban encontrar la ubicación adecuada en Les Breuleux, se presentó una oportunidad en Noirmont y el dúo decidió aprovecharla.
Para Céline Dubois, existe una demanda de salas de fitness “amigables y locales”. No pretendemos competir con las grandes cadenas”. La sala Breuleux debería abrir en marzo y la sala Noirmont durante el mes de mayo. “Aquí aún queda trabajo por hacer”, afirma Breulotière, que además de las máquinas de entrenamiento que ofrece también quiere organizar clases en grupo.
Oscar Burillo señala que la práctica del fitness ha ganado popularidad: “En 30 años, las mentalidades han evolucionado mucho y la exigencia es cada vez mayor”. Según el preparador físico, la competición se desarrolla más bien entre pabellones y clubes deportivos, porque “en el gimnasio no hay horarios fijos ni limitaciones como la climatología”.
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