Después de brillar con la camiseta del Metz la temporada pasada con 14 goles en 22 partidos, Georges Mikautadze regresó al Olympique Lyonnais este verano, dejando Moselle. El traspaso se cerró por 18,5 millones de euros, sin incluir primas.
El regreso a Lyon fue complicado para el internacional georgiano. Desde la primera jornada de la Ligue 1, un penalti fallado ante el Rennes simbolizó su difícil comienzo. Sin embargo, abrió su cuenta de goles con el Lyon el 27 de octubre con un doblete ante el Auxerre.
Mikautadze continuó su impulso con otro doblete ante el Qarabag en la Europa League. Siguieron otras actuaciones notables contra Angers, París y Feignies-Aulnoye en la Copa de Francia, lo que marcó un claro despertar para el jugador.
Según una fuente cercana a OL citada por L’Équipe, Mikautadze “tenía hábitos un tanto ‘amateur’ y necesitaba superar las exigencias de un club grande y de altísimo nivel. Puso en marcha lo necesario para lograrlo y estamos muy contentos con su progreso”.
La relación de Mikautadze con Saïd Benrahma, que también atraviesa un momento delicado, ha sido beneficiosa. El diario deportivo subraya que esta amistad “es uno de los factores de su buena fortuna actual”.
Ahora que Mikautadze ha recuperado su eficacia, sigue siendo crucial para él mantener este nivel de rendimiento. Las expectativas son altas y habrá que seguir trabajando para no perder esta dinámica positiva.
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