Este martes por la tarde, el Papa Francisco celebró la misa de Navidad en la Basílica de San Pedro de Roma. El Soberano Pontífice abrió la Puerta Santa para inaugurar un jubileo, un acontecimiento excepcional. Además, pocos días después del ataque de Magdeburgo, se reforzó la seguridad.
El Vaticano y Roma han decidido no correr ningún riesgo. Unos días después del ataque de Magdeburgo, se colocaron tiradores en los tejados alrededor de la plaza y de la Basílica de San Pedro. En todos los accesos se han instalado bolardos retráctiles anti-intrusión. Los soldados y policías incluso están equipados con sistemas anti-drones en sus brazos.
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“No tengo miedo, pero hay que estar atentos”
Claudio, Elisa y Emilian esperan, tranquilos, poder acceder a la plaza. “Hasta ahora nunca nos habíamos sentido inseguros en Roma. Por supuesto, es probable que la gente tampoco se sintiera insegura en el lugar donde se produjeron los ataques”, afirma Claudio.
Elisa dice que no se siente en peligro: “Decir que estamos tranquilos es una palabra grande, pero no nos sentimos en peligro. Hay una situación delicada en todo el mundo por lo que está pasando, pero a pesar de todo, todos deben seguir viviendo.” Emilian cree que debemos permanecer vigilantes. “No tengo miedo, pero tenemos que estar atentos, porque si pasa aquí, sería realmente muy grave, así que tenemos que estar atentos”, recomienda el hombre.
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Estos tres italianos tardarán aproximadamente una hora en llegar a la plaza frente a la plaza Saint-Pierre. La causa: un nuevo sistema de seguridad reforzado tras el atentado en Alemania, detectores de metales móviles.
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