Desde Angers, Didier Chateau, director general de Générale des Services, está en contacto regular con Yasmine Nidhoire, responsable de su franquicia en Mayotte. La noticia que recibe es alarmante: “La mitad de los 100 empleados de la franquicia están en la calle, sin hogar”.
Por lo tanto, los empleados están indefensos y las 300 personas mayores a las que deben ayudar diariamente permanecen completamente inalcanzables: “El teléfono sólo se engancha en determinados lugares muy concretos, la gasolina está racionada y reservada para los servicios de emergencia, y no hay agua corriente fuera de Mamoudzou, la capital de la isla”.
Estos beneficiarios, a menudo muy frágiles porque padecen enfermedades degenerativas, necesitan sin embargo servicios esenciales de ayuda a domicilio. “Hacemos levantamientos, comidas, asistencia para la movilidad, cosas tan vitales para estas personas”, dice Didier Chateau. “Necesitan profesionales a su lado”.
Una red de apoyo paralizada
La agencia mahoraise, aprobada por la prefectura, es una de las mayores estructuras de intervención privada de la isla, donde no existen EHPAD ni residencias de ancianos. Pero hoy, la escasez y las averías que afectan a Mayotte están paralizando la red de ayuda a domicilio, imposibilitando reanudar las intervenciones. Los propios empleados luchan por su propia supervivencia; muchos de ellos han perdido sus hogares y viven en la calle “con sus hijos en brazos”, explica el director general.
Ante la emergencia, Didier Château lanzó una recaudación de fondos en línea para ayudar a los empleados y beneficiarios de su agencia en Mayotte, accesible aquí.
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