Las zonas de bajas emisiones (ZFE) darán un giro decisivo en 2025 con un endurecimiento de las restricciones en varias grandes ciudades francesas. Estas zonas, destinadas a reducir la contaminación del aire, imponen mayores restricciones a los vehículos contaminantes. A pesar del objetivo ecológico declarado, las consecuencias para los automovilistas suscitan una acalorada controversia.
París, Lyon, Grenoble y Montpellier: ZFE más restrictivas
A partir de enero de 2025, las ZFE de las metrópolis de París, Lyon, Grenoble y Montpellier prohibirán los vehículos clasificados Crit’Air 3, correspondientes a los diésel matriculados antes de 2011 y a los gasolina antes de 2006. Esta medida se refiere a aproximadamente 21% del parque vehicular nacionalo cerca de 8,84 millones de vehículos. Sin embargo, estas restricciones se relajan localmente para responder a situaciones específicas. Por ejemplo, la metrópoli de Lyon concederá una exención a los trabajadores nocturnos. Otras ciudades, como Lille, Burdeos, Annecy y Caen, están adoptando medidas menos severas. En Caen, la ZFE afectará al interior de la circunvalación, excluidos los vehículos no clasificados, es decir, matriculados antes de 1997. La instauración de un periodo educativo pretende apoyar a los vecinos, aunque las multas por incumplimiento pueden alcanzar los 135 euros para los vehículos pesados y los 68 euros para los vehículos ligeros..
Las disparidades regionales complican la situación: mientras que ciudades como Grenoble también prohíben los vehículos Crit’Air 3, algunas zonas como Brest o Dijon optan por exenciones más flexibles o incluso por una ausencia total de restricciones para los particulares. Ante estas limitaciones, la asistencia para el cambio de vehículo resulta a menudo inadecuada. La supresión del bono de reconversión y la reducción del bono ecológico han dejado a muchos automovilistas en la miseria. Sólo siguen siendo accesibles los subsidios locales, pero su monto y criterios varían según la región.
Críticos que denuncian una “justicia para las clases trabajadoras”
Estas medidas son fuertemente criticadas por su impacto desproporcionado en los hogares de bajos ingresos, que a menudo no pueden renovar sus vehículos. En Caen, un residente de 81 años que todavía trabaja, resume: “ No voy a cambiar de furgoneta para mi trabajo. A mi edad es imposible. “. Esta situación se ve agravada por la complejidad de los procedimientos administrativos necesarios para obtener una etiqueta Crit’Air o una exención.
Tabla comparativa:
ciudad | Restricciones | Exenciones |
---|---|---|
París | Crit’Air 3, 4, 5 y sin clasificar | Ninguno para individuos |
León | Crit’Air 3, 4, 5 y sin clasificar | Trabajadores nocturnos exentos |
Caen | Sin clasificar (antes de 1997) | Periodo educativo |
Burdeos | sin clasificar | Ninguno |
Grenoble | Crit’Air 3, 4, 5 y sin clasificar | Ninguno |
En 2025, las ZFE marcarán un importante punto de inflexión ecológico en Francia. Sin embargo, las preocupaciones de los ciudadanos, las disparidades locales y las brechas en el apoyo financiero podrían frenar esta transición. El desafío sigue siendo: conciliar los imperativos ambientales y la justicia social.
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