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En Marruecos persisten las disparidades entre niños ricos y desfavorecidos

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Marruecos presenta una importante brecha educativa, que se manifiesta entre los niños de entornos socioeconómicos acomodados y los de hogares pobres, así como entre las zonas rurales y urbanas, reveló el Policy Brief elaborado por la Comisión Económica y de Asuntos Sociales para Asia Occidental ( CESPAO).

El informe de políticas titulado “Educación en los países árabes: cerrar las brechas para que ningún niño se quede atrás” destaca tres obstáculos importantes que obstaculizan el acceso a la educación universal en los países árabes, incluida la mitigación de la brecha educativa entre niños de entornos ricos y desfavorecidos, entre zonas rurales y urbanas, así como entre niñas y niños en términos de tasas de asistencia, finalización y matrícula escolar.

Según el documento, una brecha importante en la educación, tanto en el escenario global como en el ámbito árabe, reside en las desigualdades en el acceso a la educación entre niños de orígenes económicos contrastantes, medidos por ingresos, consumo o riqueza. Esta brecha se explica por una serie de factores socioeconómicos complejos y superpuestos, como las evidentes disparidades en el acceso a recursos esenciales (establecimientos educativos de calidad, materiales educativos y entornos propicios para el aprendizaje), el déficit de infraestructura adecuada en las zonas rurales y económicamente barrios desfavorecidos, así como estrategias de afrontamiento negativas que pueden disuadir a los niños de asistir a la escuela.

Estos elementos combinados crean un ciclo de desventajas, que perpetúa la pobreza a través de generaciones y amplifica las desigualdades en el acceso a oportunidades de avance socioeconómico.

En 2020, cinco países árabes mostraron una brecha superior al 10% en la tasa neta de asistencia a la escuela primaria entre los niños de los hogares más ricos y los de los hogares más pobres. Las mayores disparidades se observaron en Sudán (46%), Yemen (34%), Comoras (23%), Marruecos (20%) e Irak (19%).

Además, el informe destacó una marcada brecha en la tasa de matriculación en la escuela primaria entre los niños de familias económicamente desfavorecidas y los de hogares ricos en Marruecos, que asciende al 77% y al 97% respectivamente, lo que denota una diferencia de 20 puntos porcentuales.

Por otra parte, la misma fuente reveló una notable disparidad entre la población urbana y rural de Marruecos en cuanto al acceso a la educación primaria. Así, la tasa de asistencia escolar de los niños de las zonas rurales es del 83%, mientras que se eleva al 96% para sus homólogos de las zonas urbanas, lo que refleja una diferencia de 13 puntos porcentuales entre ambos grupos.

Además, el Policy Brief también acogió con satisfacción los considerables avances realizados por Marruecos para reducir la brecha de género en el ámbito educativo. Gracias a iniciativas destinadas a fortalecer el acceso de las niñas a la educación, su tasa de matriculación aumentó un 28% entre 1999 y 2013.

La agencia de la ONU aclaró así que la inversión en educación trasciende la simple asignación presupuestaria y encarna una estrategia con importantes repercusiones, que se manifiestan en la mejora de las puntuaciones y clasificaciones de las naciones que han logrado reducir sus disparidades educativas en los índices de desarrollo.

Destacó que los países árabes están llamados a cerrar las brechas educativas entre ricos y pobres, urbanos y rurales, y entre niños y niñas, aprovechando las experiencias positivas de otras naciones a nivel global y regional. Estas inversiones en acceso a la educación generarán un efecto multiplicador en el posicionamiento de los países en diversos índices de desarrollo, al tiempo que apoyarán a los gobiernos en sus esfuerzos por fortalecer la cohesión social, promover la igualdad, incluida la igualdad de género, sentar las bases para el desarrollo sostenible y garantizar que no el niño se queda atrás.

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