Si bien el contexto global se caracteriza por emergencias climáticas y económicas cada vez más apremiantes, lo que pone de relieve la necesidad imperiosa de luchar contra el cambio climático, el hidrógeno sigue siendo más esencial que nunca para lograr la neutralidad de carbono, pero también se perfila como una palanca estratégica para el futuro de nuestra industria. Las proyecciones internacionales, como las de la AIE y McKinsey, estiman que el hidrógeno renovable y bajo en carbono podría desempeñar un papel importante en la transición energética. Sin embargo, esta evolución sigue siendo incierta y Francia se encuentra en una posición delicada frente a naciones como Estados Unidos y China, que ya son líderes en este ámbito con avances considerables y crecientes.
El sector francés ha realizado importantes avances en los últimos años, creando una verdadera dinámica industrial. La colaboración entre fabricantes y comunidades ha permitido estructurar el sector en toda su cadena de valor. Proyectos emblemáticos, como la construcción de gigafábricas, el desarrollo de estaciones de carga en los territorios y el suministro de vehículos, primeros ecosistemas de producción-uso, son avances significativos. Los proyectos surgen, se materializan y contribuyen a transformar esta dinámica en una auténtica realidad industrial. 2024 atestigua la constancia y la voluntad de los actores del sector, que, a pesar de una situación política inestable, continuaron movilizándose. Sin embargo, estos primeros éxitos son frágiles. Para desplegar todo el potencial del sector, es imperativo que se reafirme un rumbo político claro y que se cumplan los compromisos asumidos.
A finales de año, el marco legislativo y reglamentario sigue siendo insuficiente y persisten importantes incertidumbres. La Estrategia Nacional del Hidrógeno revisada, que podría haberse publicado, por ejemplo, tras la reunión del Consejo Nacional del Hidrógeno del pasado mes de marzo, es esencial para permitir que el sector acelere su despliegue. Es necesario aclarar y simplificar el marco regulatorio, garantizar el acceso a precios competitivos a la electricidad necesaria para la producción de hidrógeno y planificar las infraestructuras de transporte, almacenamiento y distribución. Además, estimular la demanda, especialmente en el sector de la movilidad, y apoyar la investigación y la innovación son palancas esenciales para mantener nuestra competitividad a escala global.
El sector, que ya genera valor y empleo*, sigue siendo un sector emergente que necesita apoyo. Francia no puede permitirse el lujo de frenar sus esfuerzos. Se necesita una señal política fuerte y una movilización total para hacer realidad la Estrategia Nacional del Hidrógeno para 2030 y así transformar esta oportunidad en valor agregado sostenible para la industria y el empleo.
Al final del año, es crucial recordar que el tiempo se acaba. El hidrógeno representa una oportunidad única para que Francia reindustrialice su economía y al mismo tiempo responda a los desafíos climáticos. Movilicémonos juntos para superar este desafío, con coherencia, cohesión y confianza.
Les deseo a todos una excelente celebración de fin de año, esperando que el comienzo de 2025 vea la realización de los esfuerzos realizados y demuestre un claro apoyo público para permitir que el sector alcance su máximo potencial.
*El estudio realizado por BDO y France Hydrogène sobre los impactos socioeconómicos del sector destaca el potencial de creación de valor y empleo. Más detalles en el apartado “Acercar”.
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