Didon, en el corazón del distrito 6 de París, es un lugar donde el arte de acoger adquiere todo su significado. Fundado por Carole e Imad, este restaurante ofrece cocina al horno de leña y una experiencia amigable inspirada en el compartir y la sencillez.
Un viaje a la hospitalidad
Carole e Imad, de origen libanés, dejaron las finanzas para dedicarse a la restauración tras varios años de preparación. Didon, su tercera dirección parisina, refleja su gusto por la autenticidad y su deseo de crear un lugar acogedor. “Trato a mis clientes como trataría a mis invitados en casa”resume Carole.
La decoración del restaurante, con muebles fabricados en Líbano por Houssam KANAAN, fundador de KANN Design pero también hermano de Imad, y una iluminación cuidadosamente elegida por DCW, demuestra el cuidado puesto en cada detalle. El espacio, no muy amplio, pero cálido, da la impresión de cenar en un ambiente de convivencia. Esto no es ajeno a la más sincera bienvenida por parte de Carole y su equipo.
Una cocina de leña
Dirigida por Sarah Edouard y Mélissa Altenberg, dos jóvenes talentosas y complementarias, la cocina de Didon se centra en trabajar la materia prima con carbón cubano o argentino (cuya densidad permite una combustión homogénea y una llama que no quema los alimentos). El menú, desarrollado en colaboración con el chef estrella Michel Portos, ofrece platos diseñados para compartir y disfrutar juntos. Ojo, hay que luchar por los últimos bocados, está buenísimo.
Didon también es conocido por sus opciones vegetarianas y veganas fuera de lo común.
El día que vinimos nos sorprendió la paletilla de cordero para compartir. Tierno como puede ser, jugoso y tierno. La menta aporta la cantidad justa de frescura sin dominar los sabores de la carne. Casi un sueño. ¿Como acompañamiento? Un truco de magia con la sucrina cocida sobre carbón, que conserva su agua, su crujiente y que revela un sutil sabor ahumado. No te conformes con una sola guarnición, toma los pimientos también con los ojos cerrados. En cuanto al postre, el arroz con leche con coco merece la pena para Dido. Lo mismo ocurre con el postre de chocolate, frambuesa y pimienta de Sichuan. Todo está bien, sorprendente. Esta es una tarjeta muy hermosa, magníficamente ejecutada.
Una carta de vinos pensada para compartir
La carta de vinos, diseñada por Imad y Stéphane Derenencourt (enólogo autodidacta y reconocido enólogo consultor), ofrece una amplia selección de botellas también disponibles por copa gracias al sistema Coravin. La idea es favorecer el gusto y el encuentro mediante elecciones reflexivas. Julien, el encargado de la habitación, estará encantado de ayudarle en su elección.
¡Volvemos!
Didon acoge a una clientela variada, compuesta por clientes habituales, visitantes de paso y residentes del hotel. Con pan de Poujauran, cócteles equilibrados y café de Verlet, la experiencia que se ofrece es completa y de alta gama. Sólo nos queda volver y recomendártelo.
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