“El orden redunda en interés de los cazadores”, explica el delegado del fiscal en Alto Garona

Paralelamente a los controles a los cazadores durante las cacerías, los inspectores medioambientales pueden unirse a los gendarmes durante los tradicionales controles en carretera, como ocurrió ayer en la rotonda de la zona de vehículos compartidos de Cagire, en Montsaunes. Este tipo de operación es iniciativa de cada departamento. “A petición del fiscal, la Oficina de Biodiversidad francesa y la gendarmería pueden abrir los maleteros de los coches y comprobar si las armas de los cazadores son legales”, anuncia Jacques Dahan, delegado del fiscal de la República. Alto Garona.

“El arma deberá estar descargada y colocada en la funda o desmontada. Y en el caso de la caza, excepto el jabalí, el corzo y los cérvidos, deberá marcarse con una pulsera en la que figure la fecha del día de recogida. Una vez que los cazadores hayan realizado el corte entre ambos pueden llevarse su parte a casa sin marcar”, añade Jordi Estebe, inspector de medio ambiente. Durante estos controles en carretera, los cazadores deberán estar además en posesión de su licencia de caza y de su convalidación. “A esto lo llamamos controles coordinados, son cosas que se hacen regularmente, especialmente aquí”, continúa Jacques Dahan.

Generalmente estos controles son bien aceptados por los cazadores. “El cumplimiento también les conviene a ellos y da una buena imagen de su actividad”, señala el delegado de la Fiscalía. “Si la accidentabilidad baja, es favorable a una mejor percepción por parte de la ciudadanía de esta actividad de ocio”, confirma Jordi Estebe.