lo esencial
El sistema Phénix interviene en ayuda de adultos y niños víctimas de violencia doméstica.
Hay algo un poco místico en la terapia EMDR: “Todavía no tenemos necesariamente una explicación de cómo funciona. Pero cuando tomamos imágenes del cerebro en neurología, vemos que tiene un efecto”, confirma Valériane Timmer, psicóloga clínica. Practicante de EMDR y coordinadora del sistema Phénix dentro de la asociación Parentalités 46. Tanto es así que la terapia EMDR está reconocida por la OMS (2013), INSERM. (2004 y 2015) y la Alta Autoridad Sanitaria (2007). Una terapia destinada a personas que sufren estrés postraumático y que constituye el corazón de este sistema Phénix (único en Francia), con sede en Cahors, Figeac y Gourdon, que se ocupa de las víctimas de violencia doméstica. Pero entonces, ¿qué es la terapia EMDR?
EMDR es integración neuroemocional a través de movimientos oculares. En francés, hay que imaginar un dedo que se coloca debajo de los ojos, que se mueve de izquierda a derecha y que la mirada debe seguir. O son gestos físicos como golpear suave y regularmente la rodilla izquierda y luego la derecha (“golpear”). En lenguaje psicólogo, se trata de “estimulaciones bilaterales alternas”, que permiten reparar “el sistema de procesamiento de la información”.
Un sistema bloqueado para las personas que sufren estrés postraumático, para quienes “el cerebro ya no es capaz de procesar la información porque el cerebro emocional está siempre en hiperalerta y activa constantemente recuerdos traumáticos”, analiza Valériane Timmer.
Cabe señalar dos particularidades. En primer lugar, estas sesiones terapéuticas se llevan a cabo en grupos, una forma de mostrar a las víctimas que no están solas. Entonces, no hablamos del trauma. No es necesario: “Sólo les pedimos que piensen en la peor imagen posible, luego hacen los ejercicios. Y vuelven a pensar en ello. Cada vez, el paciente da una puntuación de 0 a 10 para cuantificar su estado de perturbación. Podemos ver rápidamente la evolución y el momento”, especifica Valériane Timmer.
“Hablar de trauma puede sobretraumatizar”
Lejos está la imagen del psicólogo que te escucha, tumbado en un sillón, hablando de la violencia que has sufrido: “Hablar de ello puede sobretraumatizar, puede no proporcionar alivio. Sin embargo, no reemplazamos A las terapias tradicionales las intervenimos como complemento”, destaca la psicóloga.
En el sistema Phénix, los pacientes atendidos son exclusivamente cónyuges o hijos que han desarrollado el síndrome de estrés postraumático a raíz de violencia doméstica. Las víctimas descubren este método sólo a través de los socios del sistema: gendarmería, policía, trabajadores sociales, asociaciones de apoyo a las víctimas como France Victimes o Pause aux Filaos, etc.
Un sistema tanto más importante cuanto que el número de víctimas de violencia doméstica se ha duplicado desde 2016, según el estudio anual del Servicio Ministerial de Estadística para la Seguridad Interior (SSMSI). En Lot, hay 9 víctimas por cada 1.000 habitantes, lo que equivale a unas 1.500 personas al año.
Es para estas personas que existe el sistema Phénix. Pero la terapia EMDR no se limita a las víctimas de violencia doméstica, ya que Valériane Timmer ya ha trabajado con víctimas de atentados, como los de 2015 en París o el de 2016 en Niza. ¿Existe diferencia de trato entre víctimas de agresiones y de violencia doméstica?, preguntamos por última vez a la psicóloga. No: “La diferencia es que, para las víctimas de violencia doméstica, es un poco como si estuvieran viviendo un ataque todos los días, al menos para el cerebro”.
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