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Especialista en bloques para ventanas y persianas, la empresa de Marssac-sur-Tarn, Compobaie, acaba de ser declarada en liquidación. Emplea a 86 empleados.
Compobaie. Este nombre es bien conocido por los Tarnais. Especializada en la creación de bloques de hormigón para ventanas y contraventanas, la empresa abasteció a numerosas obras. Hoy ese tiempo ha terminado. Tras un periodo de recuperación judicial, el juzgado de lo mercantil acaba de registrar su liquidación.
Este cierre representa un gran calvario para los 86 empleados del grupo, principalmente radicados en Marssac-sur-Tarn. Se encontrarán en paro el próximo 13 de diciembre, fecha en la que la empresa cesará definitivamente su actividad.
La empresa fue creada en 1989 por Jacques Anglade y luego vendida en 2009 a un fondo de inversión. Pero la situación financiera se deterioró y la familia Anglade volvió a tomar el control de Compobaie en 2020.
“Aquí cometimos un error estratégico. Aceptamos los activos y pasivos de la empresa para no detener los proyectos en curso. Terminamos con una deuda que arrastramos como una bola y una cadena”, resume la directora Séverine Anglade. Una deuda difícil de pagar en este período en el que las dificultades se suceden: Covid, subida de los precios de la energía y de las materias primas, pesimismo en los mercados.
Fin de actividad el 13 de diciembre
Para hacer frente a esta situación, la dirección tomó la decisión de cerrar su centro de Yssingeaux y lanzar un plan social con desempleo parcial. “Tardamos tres meses en ponerlo en marcha, por lo que tuvimos que pagar a algunos de nuestros empleados para que no hicieran nada durante una cuarta parte”, subraya Séverine Anglade. Consecuencia: las deudas aumentan. La empresa se declara en cese de pagos. En enero se abrió un procedimiento de recuperación judicial ante el tribunal de comercio de Albi.
“Estábamos empezando a encontrar un modelo económico, en un mercado inmobiliario y inmobiliario complicado. Se nos acabó el tiempo”, lamenta el director, que conserva el sabor amargo de esta liquidación judicial, pronunciada el 26 de noviembre. “Estoy enojado. El Tribunal de Comercio debe ayudar y asesorar. No fue así. Se pasó el tiempo reprochándonos una situación que conocíamos perfectamente”. Y, según ella, no es posible encontrar un contratista en tan poco tiempo: “En el sector es imposible”.
Mientras la empresa vive sus últimos días, el director quiere seguir siendo optimista. “Nuestro proceso es conocido y reconocido. Espero que este conocimiento no desaparezca”. Piensa también en los 86 empleados de Compobaie, que siguen trabajando duro. “Tengo excelentes empleados que entregan productos en las obras hasta el último día. Estoy orgulloso de este estado de ánimo”.
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