Anteriormente, un chip microelectrónico contenía millones de transistores. Hay miles de millones hoy. Pero la miniaturización ha llegado a sus límites. Ya no se mueve mucho. De un lado, los transistores de memoria, del otro, los de cálculo. La arquitectura está congelada. Pero “en Nellow intentamos provocar una revolución en la microelectrónica”, afirma Jean-Philippe Attané, profesor e investigador de la Universidad de Grenoble Alpes. Junto con Laurent Vila, investigador del CEA, y Manuel Bibes, director de investigación del CNRS, acaba de fundar Nellow el pasado mes de octubre.
Esta empresa es el resultado de diez años de investigación que requirieron 8 millones de fondos académicos, interesaron a industriales de renombre y dieron como resultado un resultado suficientemente excepcional como para ser publicado en Nature. También es lo suficientemente emocionante como para que estos investigadores quieran implementarlo. “Este tipo de descubrimiento rara vez ocurre en la carrera de un físico”, reconoce Jean-Philippe Attané. “Tiene un enorme potencial industrial”, afirma Laurent Vila. Su promesa: “Dividir por mil el consumo de energía de los sistemas de información”.
Consumo de energía dividido por 1000
En definitiva, Nellow ofrece “un nuevo tipo de transistor”, describe el investigador del CEA. Su descubrimiento se refiere a un efecto relacionado con los materiales ferroeléctricos. “Un efecto, digamos cuántico”, intenta resumir su colega de la UGA. Es la conversión de corriente de giro en corriente de carga. » La tecnología de Nellow permitiría, entre otras cosas, “fusionar las partes de memoria y cálculo. Como recordatorio, mover datos de uno a otro representa el 90% del consumo energético [d’une puce]. También reduciremos su voltaje de funcionamiento. Normalmente funcionan a un voltio, nuestro objetivo es 0,1 voltio. Esta ganancia de tensión supone una ganancia de potencia al cuadrado”, continúa Laurent Vila. Por lo tanto, se prevé una ganancia del factor 1.000.
“La generación de chips que llegará dentro de diez años”
Alojado en el CEA, Nellow aprovechará su línea piloto para desarrollar su tecnología que se integrará en el proceso de fabricación tradicional. “Seguiremos usando cemos [un type de transistor] para alimentar los circuitos. Nuestros componentes se integrarán sobre los transistores actuales”, continúa Laurent Vila. Nellow busca recaudar diez millones de euros para su primera ronda de financiación. Un retoque en todo el sector. La idea es formar los primeros manifestantes en tres años para convencer durante una segunda ronda de financiación. La hoja de ruta ve lejos. “Nos estamos posicionando para la generación de chips que llegará dentro de diez años”, concluye Jean-Philippe Attané.
¿Deberíamos recordar lo crucial que es la cuestión energética mientras el consumo inducido por la inteligencia artificial se sale de control y aterroriza al planeta? “La única respuesta de Silicon Valley hoy es precipitarse hacia las fuentes de energía”, señala Jean-Philippe Attané. Open AI ha invertido en la fusión, Microsoft acaba de comprar una central nuclear en Estados Unidos. “Los cemos no pueden seguir el ritmo. La única solución en marcha es fabricar chips cada vez más grandes y que consuman más”. “Los industriales piden un cambio de paradigma”, asegura Laurent Vila. Nellow cree que tiene lo necesario para lograr esta revolución.
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