Cobrar la entrada a Notre-Dame de París “no es nuestra tradición”, opina Olivier Ribadeau Dumas. “No sé la diferencia entre un visitante y un devoto”.
Publicado el 12/02/2024 09:56
Tiempo de lectura: 2min
“No es nuestra tradición”insiste el lunes 2 de diciembre en France Inter Monseñor Olivier Ribadeau Dumas, rector arcipreste de la catedral de Notre-Dame, confirmando que la entrada a la catedral seguirá siendo gratuita a pesar de la propuesta de la ministra de Cultura, Rachida Dati, de cobrar cinco euros la entrada.
Al rector de la catedral, que reabrirá sus puertas al público el domingo, le resulta difícil comprender la viabilidad de tal medida. Él explica sin saber “diferenciar entre visitante y fiel”. Recuerda también las muestras de generosidad que se produjeron tras el incendio de abril de 2019 que devastó una parte de Notre-Dame. Mons. Olivier Ribadeau Dumas se pregunta, por tanto, cómo podemos “Podría hacer pagar a quienes ayudaron a renovar esta catedral”. Por ello pide que se encuentre “otros medios para financiar la restauración del patrimonio religioso” Francés.
Mons. Olivier Ribadeau Dumas recuerda que en Francia, desde “la separación de la Iglesia y el Estado”, EL “Los municipios y el Estado están comprometidos a mantener” iglesias. Por lo tanto, considera que si este patrimonio está actualmente “En tan mal estado es porque hace años que no se le da mantenimiento”. “Es importante que los ministerios interesados dispongan de los fondos necesarios para restablecer el orden en este patrimonio religioso”, él enfatiza.
Sin embargo, la reapertura de la catedral al público a partir del 8 de diciembre está “un magnífico signo de esperanza”aplaude monseñor Olivier Ribadeau Dumas. “Lo que parecía imposible, es decir, reconstruir en cinco años, se hizo posible gracias al trabajo, la energía y la voluntad de quienes lo desearon”. Mons. Olivier Ribadeau Dumas describe “el esplendor” de la catedral restaurada. el resalta “el rubio de la piedra, el mobiliario litúrgico en bronce” y el “marco” que requirió “Se podaron más de 1.000 encinas, como se hacía en la Edad Media”. Dice que está impresionado por “finura y delicadeza” de la restauración, evocando en particular “las pinturas de las columnas de Eugène Viollet-le-Duc con sus colores rosa y verde”.
“París no podría vivir sin su catedral”, añade el religioso. “Los católicos de París encontrarán su Iglesia madre”, se alegra.
Related News :