Desde octubre, les toca a los estudiantes CM1 de la escuela Descartes de Villeneuve-sur-Lot participar en el proyecto “Orquesta Escolar”. Con el apoyo de la aglomeración del Gran Villeneuvois, la Inspección Académica y la ciudad de Villeneuve-sur-Lot, este proyecto tiene como objetivo dejar espacio en el calendario para el aprendizaje de un instrumento. Los 20 estudiantes eligieron entre cuatro instrumentos de la familia de los metales: el trombón, la trompeta, la trompa y la tuba. Después de haber demostrado su eficacia durante varios años en las escuelas Jean-Jaurès y Paul-Bert, el proyecto “La orquesta en la escuela” permitirá esta vez un seguimiento de dos años, ya que se beneficiarán de este curso todos los jueves hasta el final del CM2.
Frente a los funcionarios electos del municipio, el personal docente de la escuela Descartes, los padres de los alumnos y los profesores de música, los niños de la clase CM1 estaban impacientes por recibir oficialmente los instrumentos que habían recibido para descubrirlos. ya varias semanas. “Primero se los probaron todos para ver con cuál se sentían más cómodos. Es importante no imponerles esto, porque dos años de aprendizaje de un instrumento que no has elegido es mucho tiempo”, explica Grégory Mauri, director de la escuela Descartes.
El objetivo también es permitir que los niños que no están matriculados en el conservatorio tengan acceso a instrumentos musicales”.
El proyecto se lleva a cabo con la participación de profesores del conservatorio Béla-Bartók de Grand Villeneuvois para facilitar el acceso de los jóvenes a la música. Durante dos años, el conservatorio proporciona y mantiene los instrumentos que se confían a los niños y se llevan a casa.
Habilidades transversales
Así, los niños formarán una orquesta con sus profesores que también se sentarán en los bancos del conservatorio y aprenderán con sus alumnos. “El objetivo es también permitir que los niños que no están matriculados en el conservatorio tengan acceso a los instrumentos musicales”, especifica su director, Michaël Minicki. Y por qué no dar a luz a futuras vocaciones…
Hubo que adaptar el horario para que la escuela pudiera disponer de una hora y media semanal, todos los jueves por la mañana, para ir al conservatorio. Concentración, escucha, capacidad creativa, cohesión grupal… Los beneficios son múltiples, tanto a nivel musical como académico. “Te permite trabajar un montón de habilidades transversales. Por ejemplo, haremos un cuaderno de bitácora que les seguirá durante dos años y así en cada sesión anotarán lo que han hecho. Allí simplemente hacíamos matemáticas con fracciones usando panderetas. Es un proyecto global, no sólo musical”, añade Grégory Mauri.
Tres profesores del conservatorio reciben al establecimiento a los estudiantes y a sus profesores para dos talleres de 45 minutos. Un primero por instrumento y un segundo que reúne a todos los alumnos y profesores para la práctica colectiva de orquesta. Una vez que los estudiantes se sientan cómodos con sus instrumentos, se deben planificar presentaciones frente a una audiencia.
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