Tráfico de drogas en Bouscat: los comerciantes del barrio de Godard se quedan sin aliento
Desde hace dos años, el barrio Godard de Bouscat, cerca de Burdeos, se enfrenta a un tráfico nocturno de drogas que perturba gravemente la vida de los residentes y de los comerciantes. Varias empresas ya han bajado el telón, y una cuarta podría seguir el mismo camino.
Un farmacéutico atrapado en un vicio
Cada mañana, Michel Martial, farmacéutico de 67 años, debe limpiar la basura que queda delante de su ventana: latas, colillas y otros residuos. Vive en el barrio desde 2019 y ahora se arrepiente de su elección.
“Si hubiera sabido que esto iba a terminar así, nunca me habría unido aquí”, confiesa.
Desde hace dos años, su farmacia se ha convertido en el punto de encuentro de un pequeño grupo de traficantes que todas las noches se instalan delante de su farmacia para vender medicamentos. “Colocan sillas y hacen sus necesidades. En un momento, incluso publicaron sus precios en un poste”, dice desconcertado.
Tráfico conocido, pero difícil de detener.
Este tráfico, claramente visible, es conocido por todos los vecinos del barrio. Los residentes notan aglomeraciones inusuales: “Nunca me han atacado, pero no es muy seguro”, dice un cliente de la farmacia.
El alcalde de Bouscat, Patrick Bobet, confirma la situación pero subraya la cautela de los traficantes:
“Provocan verbalmente, bloquean el paso a varias personas, pero no pasan a la agresión física. La policía está movilizada y está preparando una gran operación para resolver este problema. »
Un impacto directo en las empresas
La presencia de comerciantes ya ha obligado a varios comerciantes a abandonar el barrio. Un peluquero y un calefactor han cesado en sus actividades y Michel Martial también está pensando en marcharse. Lamenta una caída del 30% en el tráfico hacia su farmacia, acompañada de repetidas amenazas verbales:
“Valoro mi vida y mi salud. Mi esposa y mi familia me dicen que tenga cuidado. Cuando te acosan constantemente, se vuelve insoportable. »
Un futuro incierto para el distrito de Godard
La situación preocupa a los comerciantes restantes, que luchan por vislumbrar un futuro en el barrio. “Si me voy, ¿quién querrá mudarse aquí? », pregunta el farmacéutico.
Mientras aumentan las persianas cerradas, los vecinos esperan que las autoridades consigan poner fin a este tráfico, que se ha convertido en una auténtica lacra para la tranquilidad del barrio.
Fuente : Información de Francia
(Gracias Fabrice Guérault)
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