“Es un verdadero alivio para ambos”. Nueve días después de la desaparición del perro, de dos años, en el aeropuerto de Roissy Charles-de-Gaulle, Amalka fue encontrada sana y salva, este jueves 28 de noviembre, a pocos kilómetros de distancia, en un parque de Dammartin-en-Goële (Sena -et-Marne), se enteró Le Parisien.
“Se arrojó en los brazos de su ama, era cálida, era feliz, era natural”, se regocija Manuela Vidal, la presidenta de la asociación “Gatos en el Aire”, creada para recoger, esterilizar y adoptar gatos callejeros de Charles-de-Gaulle, que también está especializada en la búsqueda de animales desaparecidos durante el transporte en los aeropuertos de París. “Es un verdadero alivio para ambos”, añadió.
“Ella desaparecía y reaparecía en el otro extremo del aeropuerto”
El martes 19 de noviembre, Amalka logró escapar de su jaula de transporte en el aeropuerto Roissy-Charles-de-Gaulle, mientras bajaba del avión de Air France en el que se encontraba. Cuando se abrió la bodega, el animal, cuya jaula probablemente se había abierto, huyó hacia la pista ante la mirada de los empleados de Air France que no pudieron atraparlo.
Durante diez días, su amante, Míša, una checa de 29 años, con la ayuda de voluntarios de la asociación “Gatos en el aire”, siguió el rastro del animal. Pero no había forma de atrapar a la perrita de dos años, huyendo y asustada: “Desaparecía y reaparecía en el otro extremo del aeropuerto”, dice Manuela Vidal.
Un rayo de esperanza apareció el lunes, cuando los residentes de Seine-et-Marne afirmaron haber visto al perro en varias ocasiones. “En ese momento teníamos la certeza de que ya no se encontraba en el aeropuerto”, explica el presidente de la asociación. “Pero durante varios días siguió desplazándose entre diferentes municipios”, lo que dificultó su localización, añade.
“Logramos acorralarla”
La buena noticia llegó este jueves por la mañana. El perro fue visto en Moussy le Neuf por Mélanie, vecina de la localidad. Pero fue imposible atraparlo, Amalka “se asustó y escapó”, cuenta a Le Parisien Laurence, presidente de Capture Yala, empresa especializada en capturar perros callejeros o fugitivos.
Afortunadamente, pudo contar con la ayuda de Claude, el padre de Mélanie, que conoce la ciudad como la palma de su mano. “Supo de inmediato dónde iba a terminar el perro”, explica Laurence.
Unos minutos más tarde, Claude y Laurence, que iban a buscarlo, se encontraron cara a cara con Amalka, justo al lado de una plaza. “La guiamos hasta allí y, con la ayuda de Peter y Laurent, los agentes técnicos de la ciudad, pudimos colocar puertas para que no pudiera salir. Logramos arrinconarla”, se alegra Laurence, quien añade “¡por fin! “.
“Ambos lloraron”
Aún temerosa de Claude y Laurence, Amalka “se arrojó en brazos de su amante” unos minutos después, un momento “mágico”, afirma el presidente de Capture Yala. “Ambos lloraron”, continúa con emoción en su voz. Si el perro goza de buena salud, un veterinario lo examinará de todos modos durante el día. “Además, Míša tuvo que irse mañana por motivos médicos, así que al menos se irán juntos”, continúa Laurence.
La historia termina bien para Amalka, pero no siempre es así. Cada año, de los 30.000 a 35.000 animales transportados por Air France a los dos aeropuertos de Orly y Roissy-Charles-de-Gaulle, “se pierden de tres a cinco animales”, explica Manuela Vidal.
Es el caso de Zoom, un pequeño perro pinscher, desaparecido a mediados de octubre en el aeropuerto de Roissy. El animal, que viajaba en la bodega de un vuelo de Air France procedente de Vanuatu, ha desaparecido. “El proveedor de servicios que lo recogió al aterrizar cometió un error. Sacó al perro a limpiar la jaula y el animal se escapó”, cuenta Manuela Vidal. A pesar de más de seis semanas de búsqueda, Zoom todavía no se encuentra por ningún lado.
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