Marruecos ha formalizado la importación de 10.000 toneladas de aceite de oliva desde Brasil, sin la imposición de impuestos a la importación, para compensar el déficit de producción nacional. Debido a una cosecha afectada por condiciones climáticas extremas, el reino se enfrenta a una escasez de aceite de oliva. La decisión anunciada surge tras una serie de desafíos relacionados con la producción interna, exacerbados por la especulación de precios por parte de algunos participantes del mercado.
La cosecha de aceitunas en Marruecos, especialmente en regiones reconocidas por su producción de calidad como Meknes, se ha visto especialmente afectada este año. Según las últimas cotizaciones, el aceite de oliva virgen extra de Mequinez, con una acidez máxima del 0,4%, se comercializa entre 8,50 y 9,00 euros el litro en flexitank (un tipo de contenedor flexible para el transporte de líquidos). Estos precios siguen siendo altos a pesar de los esfuerzos por estabilizar el mercado, mientras que la demanda interna e internacional sigue siendo fuerte.
Varios factores explican este aumento de los precios actuales. La prolongada sequía en Marruecos ha afectado la cantidad y calidad de las aceitunas, limitando la producción de aceite de oliva. Además, la especulación sobre las existencias de aceite de oliva, tanto a nivel nacional como internacional, ha contribuido a presionar los precios. Además, la mayor competencia con otros países productores como Túnez y Turquía, que mantienen precios estables, también podría afectar la cuota de mercado de Marruecos.
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