El próximo viernes se celebrarán conversaciones entre Irán y Francia, Alemania y el Reino Unido sobre el programa nuclear iraní.
París, Berlín y Londres, asociados con Washington, están en el origen de un texto crítico con el programa nuclear de Teherán presentado durante una reunión en Viena en la sede de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), que critica la falta de cooperación de Irán. El texto fue aprobado el jueves por 19 de los 35 Estados miembros de la junta de gobernadores de la OIEA, provocando la ira de Irán, que anunció en represalia la puesta en funcionamiento de “nuevas centrífugas avanzadas” para su programa nuclear. El portavoz de la diplomacia iraní, Esmaïl Baghaï, precisó que la reunión se celebrará el viernes, sin indicar el lugar.
El país niega querer adquirir la bomba atómica
El Reino Unido confirmó el domingo que estas conversaciones se llevarían a cabo. “Seguimos comprometidos a tomar todas las medidas diplomáticas para impedir que Irán desarrolle armas nucleares, incluso mediante medidas de represalia si es necesario”, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores británico.
Teherán defiende el derecho a la energía nuclear con fines civiles, en particular energéticos, pero niega querer adquirir una bomba atómica, algo que los países occidentales sospechan. En 2015, Irán concluyó en Viena un acuerdo con Francia, Alemania, Reino Unido, China, Rusia y Estados Unidos para regular su programa nuclear.
A cambio, el texto preveía una reducción de las sanciones internacionales contra Teherán.
Pero en 2018, Donald Trump, entonces presidente de Estados Unidos, retiró unilateralmente a su país del acuerdo -que Teherán cumplió, según la OIEA- y restableció fuertes sanciones contra Irán. En represalia, Teherán aumentó significativamente sus reservas de materiales enriquecidos y elevó el umbral al 60%, cerca del 90% necesario para fabricar un arma atómica, según la definición de la OIEA.
Debates previstos sobre la situación regional
El acuerdo nuclear, ahora un cascarón vacío que las negociaciones no han logrado reactivar y que expirará en octubre de 2025, limitó esta tasa al 3,67%. El presidente iraní Massoud Pezeshkian, en el poder desde julio y partidario del diálogo con los países occidentales, dijo que quería eliminar “dudas y ambigüedades” sobre el programa nuclear de su país. Irán cree así haber demostrado “buena voluntad” al invitar la semana pasada al jefe de la OIEA, Rafael Grossi, a visitar las instalaciones nucleares de Natanz y Fordo (centro).
Además de esta cuestión, Irán discutirá con estos países la situación regional e internacional, “incluidas las cuestiones de Palestina y el Líbano”, afirmó Baghaï en un comunicado de prensa. Irán es un firme partidario de Hezbolá en el Líbano y de Hamás en Gaza, dos movimientos islamistas en guerra con Israel, el enemigo jurado de Teherán desde la llegada de la República Islámica en 1979.
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