Los niños de la calle son los olvidados de la comunidad internacional, según la Fundación Apprentis d’Auteuil Internacional (FAAI). Desde Ginebra, activa con socios en 13 países, hace campaña por un Día reconocido por la ONU dentro de cinco años.
El 20 de noviembre de cada año se centra en los derechos del niño en su conjunto. Pero la FAAI desea ahora celebrar el 12 de abril el Día Internacional de los Derechos de los Niños en Situación de Calle.
Estos jóvenes “son invisibles”, explica a Keystone-ATS la nueva secretaria general, Bénédice Pansier. “Es una bomba de tiempo”, añade. Sin embargo, “hablamos mucho de los niños en situación de calle en los años 90, pero el tema está un poco olvidado”, añade la responsable de incidencia internacional, Clélia Bringolf.
Es difícil saber con precisión cuántos niños están expuestos a esta extrema precariedad en el mundo, debido a la falta de infraestructura para recopilar datos. Hace unos veinte años se articuló la cifra de 160 millones, pero probablemente sea mucho mayor. Sobre todo porque la pandemia ha deteriorado la situación de los jóvenes que ya tenían dificultades para acceder a la salud o la educación.
Recepciones, casas familiares y merodeadores
Otra exigencia es la de un estatuto para los defensores de los derechos del niño, al igual que los defensores de los derechos humanos. Sobre el terreno, la FAAI trabaja con decenas de socios locales para mejorar la protección y la integración de miles de niños en 13 países, ocho de ellos en África. Los centros de acogida pueden hacerse cargo de ellos y estos jóvenes son especialmente supervisados durante su escolarización o formación profesional.
Debemos mantener cierta libertad y margen de maniobra para los niños. Algunos “resocializaron en la calle” o estaban acostumbrados a ganar dinero, explica Bringolf.
Cientos de familias también reciben apoyo en “hogares familiares” en cuatro países africanos y asiáticos. El objetivo es “retejer una comunidad” y evitar situaciones de ruptura familiar, según el secretario general. También se facilitan actividades de formación y generación de ingresos para los adultos, que a veces se muestran reacios a permitir que sus hijos abandonen sus trabajos informales para ir a la escuela.
Restaurante en Ginebra
Aunque sus actividades se centran más en África, la FAAI no olvida sus raíces ginebrinas. Cada año ofrece en su restaurante de formación un total de formación a una quincena de jóvenes que han abandonado los estudios.
Apprentis d’Auteuil existe desde hace casi 160 años en Francia. La fundación internacional se lanzó hace más de diez años en Ginebra para buscar el avance de los derechos del niño en la comunidad internacional y apoyar actividades en diferentes países.
Los jóvenes supervisados por los socios de la organización vienen ellos mismos a defender la causa de sus pares ante el Consejo de Derechos Humanos. Los informes se preparan consultando a cientos de niños. Con el resultado, decenas de recomendaciones aceptadas por los Estados durante su evaluación por otros Estados miembros de la ONU.
La Fundación quiere incrementar sus ayudas en América Latina. Y también se está ampliando en su sede de Ginebra. De unas pocas personas al principio, el número de empleados ha llegado a varias docenas.
Este artículo fue publicado automáticamente. Fuente: ats
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