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Más “ataques”, pájaros “desviados”… ¿Qué está pasando con los buitres?

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“Para mí, los buitres son como okupas. ¡Vienen a tu casa sin ser invitados y te roban! » Fabien, ganadero de las grandes Causses de Aveyron, no se anda con rodeos contra los carroñeros. Hay que decir que a causa de ellos duerme mucho menos bien por las noches desde el 9 de noviembre. Ese día, un vecino le llamó para alertarle de la presencia de buitres en una de sus parcelas. “En realidad eran entre 150 y 200”, afirma el operador. Con una vaca pariendo en la mira. “Mi padre la había visto tres días antes en buen estado de salud. Intentó escapar, incluso rompió dos hileras de alambre de púas, pero la acorralaron y la mataron”.

“No crío vacas para alimentar a los buitres”, molesta Fabien, golpeado “directamente en la billetera”. Porque la pérdida de su gallina reproductora y de su futura cría no será compensada. A diferencia del oso de los Pirineos, el buitre leonado, también especie protegida, no se considera depredador.

“Sólo escuchar la palabra me pone los pelos de punta”

Sin embargo, la historia había empezado bien entre los “grifos”, como decían los antiguos, y los “terrícolas” de las Grands Causses. “Al principio, en los años 80, cuando empezaron a reaparecer, nos pareció maravilloso, milagroso, incluso llamamos al tipo del parapente para que viniera a llamarlos”, recuerda Samuel Maymard, cosecretario general de la FDSEA. “Pero ahora, solo escuchar la palabra me pone los pelos de punta. Ha habido 30 ataques desde el 1 de enero”, se indigna el representante sindical, convencido de que ahora hay buitres agresivos y “desviados” en la zona, que atacan a los animales vivos. “Con todos los ciervos y jabalíes muertos a los lados de las carreteras, si lo hacen es porque se han vuelto demasiado numerosos”, argumenta.

“Desde 2020, se han registrado más de 170 denuncias entre buitres leonados o bovinos”, indica la prefectura de Aveyron, para quien estas aves planeadoras se están convirtiendo en “una preocupación creciente”. Como prueba, el decreto – bastante excepcional para Aveyron – adoptado el 12 de noviembre. Autoriza, “con carácter experimental”, realizar disparos de miedo. Del 15 de marzo al 1 de noviembre de 2025 y 2026, los criadores formados por agentes de la Oficina Francesa de Biodiversidad (OFB), y con la luz verde de la administración, podrán disparar “en blanco” a los pájaros para “provocar su vuelo”. sin perjudicar su estado de conservación.

“No son nada aptos para atacar”

Por parte de la Liga de Protección de las Aves (LPO), la medida sigue en la garganta. En primer lugar, porque durante la consulta pública organizada sobre la conveniencia de estas alarmas, el 95% de los 890 participantes respondieron “no”. “Curioso concepto de democracia participativa”, bromea Cédric Marteau, director general de la LPO. El defensor de las aves recuerda especialmente la utilidad ancestral de estos carroñeros. “Se alimentan de animales que han muerto, muchas veces a causa de virus o bacterias, y tienen la capacidad, a través de su metabolismo, de neutralizar esos virus y enfermedades”, explica. Por no hablar de las famosas “parcelas” de las causses donde los criadores de ovejas todavía llevan sus ovejas y sus cadáveres para ser devorados, ahorrando costes de procesamiento.

Cédric Marteau no está de acuerdo con la “fábula” de los animales “desviados” y no cree en los “ataques” a animales vivos que describen “algunos criadores”. “Los buitres no están nada adaptados para atacar, no tienen ni uñas ni garras sino patas, como los pavos”, subraya. “Hoy en Aveyron tenemos de tres a cinco casos por año de interacciones con animales domésticos, principalmente vacas en el momento del parto, donde vemos que los buitres están cerca del animal, sin saber si el ternero estaba vivo o nacido muerto y sin saber si Habría sobrevivido sin los buitres”. Es difícil arbitrar la disputa cuando las cifras divergen hasta este punto.

“El primer peldaño de una gran escalera”

Pero hay al menos una cosa en la que coinciden amigos y detractores de los buitres: la limitada utilidad de los disparos espantosos. “¿Cuándo se llevarán a cabo? pregunta Cédric Marteau. Porque estos animales no esperan en el rebaño a que las vacas paren. Estas aves rapaces pueden viajar hasta cien kilómetros en busca de alimento y utilizan el olfato, especialmente el olor a sangre. Por lo tanto, el criador tendría que estar allí al mismo tiempo para disparar”.

Fabien, que el 9 de noviembre acabó dispersando la colonia subiéndose a su quad, tampoco está demasiado convencido. “Para disparar ya tendría que tener mi licencia de caza y eso no es así”, afirma el hombre que fue aconsejado por un “experto” para golpear cacerolas. “No vamos a perder el tiempo disparando al aire”, juez Samuel Maymard. Asustar es sólo el primer paso de una gran escalera. La oportunidad de renovar el diálogo con la LPO y que acepten una solución regulatoria real”. El granjero tiene su pequeña idea: “regular los huevos, buitres un poco viejos…”. En resumen, tomen medidas mucho más radicales, a riesgo de enojarse.

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