A diferencia de la mayoría de los salmónidos y otros peces blancos, cuya actividad alimentaria disminuye con la temperatura del agua, los peces depredadores continúan alimentándose en invierno. Esto es válido para la lucioperca, el lucio y, en particular, la perca. El período invernal permite capturarlos en cantidad en los tramos, donde abundan. No cuentes con la lubina negra, que prefiere aguas más templadas, incluso cálidas.
En cuanto al bagre, tiene menos actividad que durante otras temporadas. Por supuesto, es posible conseguir uno, ya que su población es muy grande. La pesca de depredadores en invierno tiene otra ventaja: las orillas están menos ocupadas, por lo que el pescado tiene menos demanda. “Tenemos suerte de contar con excelentes lugares para pescar depredadores como el Dropt, algunos estanques, el canal y el Garona, donde empieza a ser un buen momento para la lucioperca. El agua es estupenda, tanto en términos de color como de caudal”, subraya Julien Pauilhac, presidente de Barbillon Caudrotais.
presa voluminosa
Los meses de octubre, noviembre y diciembre son especialmente buenos porque los depredadores almacenan reservas cuando el agua está demasiado fría y su metabolismo ya no les permite alimentarse. Es el momento ideal para Nicolas Latié, que nunca pierde la oportunidad de estar a la orilla del agua.
“En otoño e invierno, los peces blancos se agrupan, brindando oportunidades a los depredadores para alimentarse sin hacer demasiado esfuerzo. En la misma línea, también apuntan a presas de mayor tamaño”, explica el especialista. Cuando la temperatura del agua baje de los diez grados, el lucio se habrá acabado, pero la lucioperca y la perca seguirán picando.
“La lucioperca es un pez al que no le gusta la luz, que en invierno hay menos. Ésta es otra razón que puede explicar por qué el invierno es un período favorable”, explica Nicola Latié.
Lugares tranquilos
Y continúa: “De hecho, el lucioperca está acostumbrado a vivir en las profundidades y a subir a la superficie para alimentarse. Un famoso autor de pesca, ya fallecido, aconsejaba pescar la lucioperca desde lo más superficial hasta lo más profundo.
“Así, los pescadores que faenen desde la orilla, donde la capa de agua es más fina, tendrán mayores posibilidades de éxito por la mañana y por la tarde, porque la lucioperca frecuentará las orillas donde se agrupan los peces blancos. Y tan pronto como la luz se hace más fuerte, regresan a las profundidades. Es importante favorecer los lugares tranquilos, como contracorrientes y colchones donde los peces no se cansen”.
En cuanto al cebo, los señuelos blandos funcionan de maravilla y permiten multiplicar las picaduras. Y por supuesto está la tradicional pesca viva y la técnica del pez muerto manejada con un sombrío que resulta muy atractivo por sus reflejos.
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