Ante el silencio del gobierno ante sus demandas y sus problemas de liquidez, los agricultores renovaron su movimiento, iniciado en enero pasado. Después de una primera acción el lunes de la FDSEA y de los Jóvenes Agricultores 08, que contó con escasa participación, fue la Coordinación Rural la que realmente demostró la ira del mundo agrícola al bloquear, a partir del martes, la entrada a la Prefectura de las Ardenas. Frente a las puertas del edificio, que también estaban cerradas con candado, se arrojaron nada menos que 60 toneladas de estiércol y 40 toneladas de neumáticos.
Para Jean-Baptiste Bourin, presidente de la Coordinación Rural de las Ardenas, sólo este tipo de acciones permitirán ser escuchados, no por el prefecto, sino por el gobierno. Este miércoles, sin embargo, en el segundo día del bloqueo, el sindicalista consideró que se implementarían medidas para obligarlos a salir, como ya ocurrió en el sur de Francia.
Jean-Baptiste Bourin, al micrófono de Radio 8
Por tanto, no sorprende que los manifestantes vieran desembarcar, al anochecer, un escuadrón de 80 CRS, “además de las fuerzas locales de la policía nacional y el grupo de gendarmería departamental” precisa el comunicado de prensa de Alain Bucquet. Los agricultores finalmente levantaron el campamento, sin oponer resistencia. El prefecto también movilizó los servicios de la ciudad de Charleville-Mézières para limpiar el lugar, que hoy debería volver a ser accesible al público.
Simplificación de las regulaciones, ayudas para el flujo de caja, tratado Mercosur, las expectativas son tan grandes que los agricultores no han dicho su última palabra. Hay que decir que el malestar es profundo y el funcionamiento de las granjas es cada vez más difícil. En las Ardenas hay 3.000 explotaciones agrícolas, 2.600 criadores y más del 50% de ellos luchan actualmente para llegar a fin de mes..
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