Originarias de América del Sur, se han visto hormigas eléctricas en una casa de vacaciones en Croix-Valmer, en Var.
Mide sólo 1,5 milímetros, pero es extremadamente invasivo y representa una amenaza para la biodiversidad: el “hormiga eléctrica”especie llamada así por su dolorosa picadura, fue vista en Croix-Valmer, en Var.
Esta es la segunda vez que se la ve en Francia. En 2022, será también en el sur de Francia, en Toulon, donde Wasmannia auropunctata o “pequeña hormiga de fuego”originaria de América del Sur, fue descubierta por un entusiasta de las hormigas en una residencia cerrada junto al mar.
Este año, esta especie originaria de América del Sur fue observada por un residente de Croisian, Frédéric, citado por France Inter. Este último alertó a las autoridades locales tras ver a sus hijos con mordeduras”extremadamente irritante, como una descarga eléctrica” y “doloroso”. Se dice a sí mismo “obligados a comprobar dónde nos sentamos y dónde nos encontramos” en el jardín de su casa de vacaciones infestado por estos insectos.
Choques anafilácticos
Wasmannia auropunctata Es particularmente invasivo, incluso si se mueve lentamente, porque se acumula. “un sistema clásico de reproducción sexual y producción de reinas y machos mediante clonación”explicó a la AFP Olivier Blight, investigador del Instituto Mediterráneo de Biodiversidad y Ecología de la Universidad de Aviñón. “Su fuerza son sus números”insistió el investigador, que hizo incluir la especie en la lista de especies preocupantes para la Unión Europea.
Su picadura provoca “una sensación de ortiga, pero más fuerte y duradera, ya que dura 2-3 horas”y con esta formidable arma la hormiga eléctrica puede destruir insectos, provocar ceguera en otros animales y ahuyentarlos permanentemente. En Nueva Caledonia, “En los bosques que ha invadido ya no escuchamos ningún sonido de insecto”afirmó el experto.
En los humanos, además de las dolorosas picaduras, la hormiga eléctrica puede provocar un shock anafiláctico en las personas alérgicas. En las regiones que ha invadido, señala Olivier Blight, “su erradicación tiene costes enormes”. Así, en Queensland, Australia, que coloniza desde 2006, ya se han dedicado 30 millones de dólares a la lucha contra Wasmannia auropunctata.
Tras el descubrimiento del primer caso de hormiga eléctrica en Toulon en 2022, la especie fue inmediatamente clasificada como especie exótica invasora motivo de preocupación por la Unión Europea.
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