La exdiputada francesa de Suiza, conocida por sus polémicas, anuncia su transición de género y ahora se presenta bajo el nombre de Eva. Aspira a una nueva existencia, lejos de los tumultos del pasado, revela “Blick”.
Cabello corto, maquillaje discreto y una mochila infantil a sus pies en un guiño a sus hijos: así se presentó Eva Son-Forget en “Blick”, en un café de Ginebra.
En sus documentos de estado civil su género ahora está indicado con una “F” y su nombre pasó a ser Eva. “Elegir este nombre no fue fácil, pero me gusta Eva, en referencia a Eva, que nació de una costilla de Adán”, explica a nuestros compañeros, no sin un toque de humor.
Hasta hace poco se la conocía como Joachim Son-Forget. Su carrera estuvo marcada por acontecimientos tumultuosos, incluido un arresto en París por conducir bajo los efectos de la cocaína. Explica que estos incidentes están relacionados con su reflexión sobre su identidad sexual, lo que provocó reacciones negativas en quienes la rodeaban, lo que llevó a intentos de internamiento psiquiátrico.
“Enfoque sincero”
Hoy Eva se siente más serena y decidida. Oficializó su cambio de sexo gracias a un procedimiento simplificado en Ginebra, que no requiere terapia hormonal ni diagnóstico médico. “Este cambio legal es crucial para mí, hace que mi transición sea real a los ojos de los demás”, afirma.
Eva también habló de su transición con sus hijos, preparándolos para afrontar las reacciones en la escuela. Ella insiste a “Blick” en que este cambio no cambia su relación.
A los escépticos que podrían ver esto como una maniobra mediática, Eva responde que su enfoque es “sincero y pretende fomentar la tolerancia y la libertad de elección en cuestiones de identidad de género”. Por ahora no tiene planes de volver a la política, aunque reconoce que su transición podría provocar reacciones en sus antiguos círculos políticos.
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