Marruecos se enfrenta a un aumento sin precedentes de los precios del aceite de oliva, que en algunas regiones alcanzan hasta 120 dirhams por litro. Esta crisis, alimentada por sucesivas sequías y una demanda sostenida, está provocando grave preocupación entre las asociaciones de defensa de los consumidores, que señalan los riesgos de especulación y monopolios.
Bouazza Kherrati, presidente de la Federación Marroquí de Derechos del Consumidor, explica que la crisis va más allá de los desafíos climáticos. “La intervención de los intermediarios antes y después de la cosecha, con el objetivo de monopolizar el mercado, amplificó el aumento de los precios”, dijo. Hespress. Según él, la reciente apertura de Marruecos a la importación de aceite de oliva brasileño podría aliviar estas presiones. Esta alternativa, considerada más asequible que las importaciones tradicionales desde España e Italia, podría limitar el impacto de los especuladores.
Por su parte, Ali Chtour, presidente de la Asociación Marroquí para la Defensa de los Derechos del Consumidor, denuncia prácticas fraudulentas en el mercado. Pide una intensificación de los controles por parte del gobierno, considerando que “la crisis climática no debe convertirse en un pretexto para prácticas especulativas que perjudiquen a los ciudadanos”.
El aumento de los precios es el resultado de varios factores combinados: sequías sucesivas, aumentos de temperatura, destrucción de hectáreas de olivos debido a enfermedades y crisis climáticas, y el aumento de los costes de los insumos agrícolas. Estos elementos obligaron a los productores a aumentar sus precios para compensar sus pérdidas.
El Ministro de Agricultura, Ahmed El Bouari, reveló recientemente que la producción de aceitunas esta temporada sería un 11% menor que el año anterior y un 40% menor que un año normal, alcanzando sólo 950.000 toneladas. Ante esta situación, el gobierno promete medidas de regulación del mercado, especialmente en materia de importaciones y exportaciones.
Para las asociaciones de consumidores, la crisis también plantea preocupaciones sanitarias. Ali Chtour advierte contra la compra de aceite de oliva de dudosa procedencia en mercados informales, donde la calidad no está garantizada. “Es fundamental que todos asuman sus responsabilidades para evitar la intoxicación alimentaria”, insiste todavía a la misma fuente.
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En respuesta a esta crisis, los expertos piden un mayor apoyo a los pequeños y medianos agricultores. Abogan por la capacitación, el acceso a herramientas modernas como el riego por goteo e incentivos para fomentar la producción sostenible. Estas iniciativas podrían permitir aumentar la oferta controlando los costes.
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