El Departamento acaba de votar a favor de una ayuda excepcional para agricultores víctimas del mal tiempo la primavera pasada. un sobre de 40.000 euros lo cual forma parte de la estrategia departamental encaminada a mantener actividad agrícola en el territorio de Val d’Oise. Entrevista con Pablo Dubrayagricultor y asesor departamental responsable de Ruralidad y Relaciones con el mundo agrícola.
El Departamento acaba de votar en septiembre a favor de un apoyo excepcional al mundo agrícola. ¿Puedes contarnos más?
Pablo Dubray: Este fondo de ayuda excepcional se refiere a los agricultores gravemente afectados por las fuertes lluvias y tormentas de la pasada primavera, que provocaron deslizamientos de tierra y daños importantes. Esto representa un poco más de 88 hectáreas y afecta a entre 25 y 30 explotaciones. El año ya es difícil. Por eso nos decidimos por una asistencia excepcional. No es tanto por el dinero, aunque 40.000 euros es un presupuesto. Pero sobre todo es mostrarles nuestro apoyo, que estamos detrás de ellos en caso de problemas. Debemos estar ahí, en las buenas y en las malas.
Y precisamente, la “estrategia agrícola” del consejo departamental se fija como objetivo mantener la actividad agrícola…
Éste es, de hecho, el primer objetivo de nuestra nueva estrategia agrícola adoptada el pasado mes de junio. La agricultura en Val d’Oise representa más de 55.000 ha. Se trata de aproximadamente el 45% del territorio, que es esencialmente cultivado. Tenemos un poco de cultivo industrial (remolacha, patatas) y un poco de horticultura, horticultura y arboricultura. Existen aproximadamente entre 500 y 515 fincas que sustentan a nuestro departamento y son parte de su paisaje. Para sostener esta situación actual, debemos promover el empleo y el asentamiento de los jóvenes. Dentro de diez años, casi el 50% de los administradores agrícolas estarán jubilados. Es enorme y nos cuesta mucho encontrar gente joven con la que establecerse.
¿Cómo se mide el mantenimiento de esta actividad agrícola? ¿En hectáreas, en facturación o en número de puestos de trabajo?
La actividad agrícola, como cualquier negocio, tiene que ver con la facturación. Por tanto, este objetivo de mantener la actividad agrícola implica en primer lugar el aspecto económico. Y es por eso que estamos tratando de presionar a nuestros agricultores para que se diversifiquen, porque creo que hay una carta que jugar. Además, forma parte de las estrategias del departamento integrar circuitos cortos y locales.
El circuito corto y local son parte importante de su estrategia departamental. También creo que en septiembre lanzaron una convocatoria de proyectos en este sentido.
Hay una demanda importante. Para frutas, verduras, pero también productos procesados, como la pasta. Mucha gente ha comprendido que los alimentos locales, sin intermediarios, no son más caros. Y a ello también contribuimos nosotros a través de nuestro programa de comedores universitarios. Pero los productores están desbordados: hay muchas demandas y pocas ofertas. Así que el objetivo es intentar animar a los agricultores que están teniendo dificultades para sobrevivir a que se diversifiquen. Hay una prueba para transformar, aunque la implementación será larga.
El mantenimiento de la agricultura también debe integrar la adaptación al cambio climático. ¿Qué papel juega el Departamento en este ámbito?
Hay varias líneas presupuestarias relativas a esta adaptación. El Departamento apoya la experimentación dentro de la Cámara de Agricultura para encontrar nuevas variedades o nuevas prácticas. También apoyamos la plantación de setos y el riego cuando se trata de un proyecto de diversificación.
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