Durante una entrevista exclusiva concedida al programa Internacionales de TV5 Monde, Samira Sitaïl, embajadora de Marruecos en Francia, analizó las relaciones franco-marroquíes, que actualmente están cambiando rápidamente. En el centro de este intercambio: el reconocimiento oficial por parte de Francia de la soberanía marroquí sobre el Sahara. Una decisión calificada por el embajador como “restauración de la verdad” y “deber de justicia”.
El sábado 16 de noviembre de 2025, Samira Sitaïl recordó que Francia nunca se ha opuesto a la soberanía marroquí sobre sus provincias saharianas. “La posición francesa siempre ha sido clara, sobre todo desde la presentación del plan de autonomía marroquí en 2007. Este reconocimiento no es una marcha atrás, sino más bien la formalización de un apoyo histórico”, afirmó.
Para el embajador, la declaración del presidente Emmanuel Macron demuestra el deseo de consolidar una asociación excepcional entre las dos naciones. Durante su visita de Estado a Marruecos el pasado mes de octubre, el jefe de Estado francés afirmó, en una carta dirigida al rey Mohammed VI, que la posición francesa era “respetuosa de las realidades históricas y orientada hacia el futuro”.
Preguntada sobre el alcance de este reconocimiento, Samira Sitaïl dejó claro que “no es un regalo”. “Es sobre todo la decisión de un jefe de Estado francés de restablecer una verdad histórica y adoptar una posición justa ante un conflicto prolongado”, añadió.
Subrayó también que este reconocimiento marca un paso decisivo en la relación franco-marroquí, sin pretender ofender a otros socios internacionales. “Esta posición no es hostil a nadie”, aseguró Emmanuel Macron al Parlamento marroquí, afirmando que el Sáhara constituye un elemento central de la soberanía marroquí.
Las implicaciones de este reconocimiento van más allá de las dimensiones diplomáticas. Esta semana, Christophe Lecourtier, embajador de Francia en Marruecos, visitó las provincias del sur y calificó estos territorios como un “nuevo horizonte para las acciones estratégicas de Francia”.
Durante su viaje, Lecourtier destacó el potencial económico de la región, particularmente en las áreas de energías renovables, infraestructura y comercio. “El desarrollo de las provincias del sur representa una oportunidad única para fortalecer las asociaciones económicas entre nuestros dos países”, dijo.
El diplomático francés también habló de proyectos emergentes que podrían ver rápidamente la luz, subrayando el deseo de Francia de participar activamente en esta dinámica. “Nuestras ambiciones comunes apuntan a transformar esta región en un motor de cooperación y prosperidad compartida”, añadió.
Un futuro prometedor para una asociación renovada
El reconocimiento francés se produce en un contexto marcado por una creciente voluntad de reforzar los vínculos bilaterales en diversos ámbitos estratégicos. Además de la cooperación económica, la asociación franco-marroquí se está expandiendo en sectores como la educación, la investigación, la seguridad y la transición energética.
Para Samira Sitaïl, esta decisión de París abre una nueva era. “El Sáhara marroquí no es sólo una cuestión de soberanía, sino también una palanca para el desarrollo regional y un símbolo de unidad nacional”, afirmó.
Este reconocimiento, resultado de un diálogo diplomático en curso, refleja no sólo una visión compartida sino también un compromiso común con la estabilidad y la prosperidad dentro de la región euromediterránea.
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