Unas 400 personas se movilizaron este sábado 16 de noviembre en el Canal de la Mancha para denunciar un proyecto de invernaderos gigantes destinados al cultivo intensivo de tomates.
Unas 400 personas se manifestaron el sábado 16 de noviembre en Isigny-le-Buat, en La Mancha, para protestar contra un proyecto de invernaderos gigantes destinados al cultivo intensivo de tomates realizado por la multinacional holandesa Agro Care, constató un corresponsal de la AFP.
“Agrocarnicería”, proclamaban dos grandes pancartas blandidas en la procesión, reunida por convocatoria de la Confederación Campesina en apoyo al colectivo Stop Tomates Industriales.
El sindicato agrícola no sólo quería denunciar el proyecto de invernadero climatizado de 32 hectáreas en Isigny-le-Buat, sino también “la monopolización del mercado alimentario por parte de las multinacionales”.
“El libre comercio no es el único peligro para los agricultores. Algunas multinacionales son ahora productoras de alimentos, en competencia directa con los agricultores. Agro Care es el ejemplo perfecto”, considera la Confederación Campesina en su llamamiento a manifestarse.
La “megagranja de tomates” más grande de Europa
En un ambiente tranquilo y agradable, participantes de todas las edades, acompañados por seis tractores, cruzaron al ritmo de la música el pueblo normando hasta llegar al terreno donde está previsto el proyecto de construcción de los nuevos invernaderos Agro Care.
La prefectura de La Mancha rechazó esta semana la autorización medioambiental para esta ampliación, que quiere aumentar la superficie de los invernaderos de tomates de 12 a 32 hectáreas.
Si el proyecto viera la luz, la instalación sería, según sus detractores, la “megaplanta de tomates” más grande de Europa.
“El prefecto dijo ‘para’, ¡pero estemos muy atentos!”, afirmó Gérard Chauvet, cofundador del colectivo Stop Tomates con Odile Marqué, residente del terreno donde está prevista la ampliación. “La tierra debe pertenecer a los agricultores”, afirmó este último.
El consejero regional ecologista Guillaume Hédouin, por su parte, criticó a la AFP un “proyecto que consume terrenos agrícolas para invernaderos climatizados y para la producción de alimentos destinados a la exportación”, aplastando, según él, la competencia de los horticultores locales.
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