Este domingo 17 de noviembre de 2024, más de 7 millones de senegaleses están llamados a las urnas para elegir a sus 165 representantes en la Asamblea Nacional entre 41 listas de candidatos. Los colegios electorales abrirán a las 8 a. m. (GMT) y cerrarán a las 6 p. m. Esta elección se produce en un contexto marcado por tensiones políticas intensificadas, desafíos económicos apremiantes y una crisis de confianza vinculada a la gobernanza fiscal del país.
El panorama político senegalés está polarizado entre alianzas inesperadas y rivalidades históricas. EL pastefel partido gobernante, se enfrenta a una vigorosa oposición: la coalición encabezada por Barthelemy Diasalcalde de Dakar, ex Primer Ministro Amadou Ba y una unión sin precedentes entre losAlianza por la República (APR) de Macky Sall y el Partido Democrático Senegalés (PDS) por Abdoulaye Wadé. La campaña electoral, marcada por incidentes y tensiones, sugiere una reñida lucha por el control del Parlamento.
Surgen tres escenarios posibles. Una gran victoria de Pastef permitiría al partido establecer su visión estratégica para Senegal, en particular su ambicioso proyecto “ Visión 2050 “. Por otro lado, una mayoría estrecha obligaría a Pastef a negociar con la oposición o con independientes, a menudo del movimiento político o del servicio público. Si la oposición ganara o mantuviera el status quo, esto podría resultar en una cohabitaciónexigiendo concesiones entre los bandos para garantizar la gobernabilidad del país.
Económicamente, los desafíos son igualmente importantes. Senegal atraviesa una importante crisis presupuestaria desde la revelación de una auditoría de las finanzas públicas ordenada por el presidente Bassirou Diomaye Faye después de llegar al poder. Los resultados de este estudio, publicado el mes pasado, revelan que el déficit público y el déficit presupuestario son casi el doble que las estimaciones del gobierno anterior. Mientras que las autoridades anteriores anunciaron un déficit medio del 5,5% en cuatro años, la auditoría estima esta cifra en alrededor del 10%.
Esta situación empujó a Senegal a buscar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El acuerdo anterior, celebrado en junio de 2023 bajo Macky Sall, fue aclamado como una victoria, ya que garantizaba al país préstamos por un total de 1.800 millones de dólares, de los cuales 216 millones de dólares liberados inmediatamente. Sin embargo, este programa se encuentra ahora suspendido a la espera de una revisión, según indicó el Ministro de Hacienda Jeque Diba desde Washington durante las reuniones anuales del FMI. El objetivo es cerrar un nuevo acuerdo antes de marzo de 2025.
Por lo tanto, estas elecciones legislativas están resultando decisivas, no sólo para remodelar el equilibrio político del país, sino también para garantizar la estabilidad económica y financiera en un momento crítico de su historia. Pase lo que pase, Senegal se está preparando para escribir una nueva página en su democracia, con la esperanza de que la elección del pueblo pueda proporcionar soluciones duraderas a los complejos desafíos que le esperan.
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