La nueva generación de tratamientos contra la obesidad está resultando especialmente eficaz: según estudios clínicos, estos fármacos pueden conseguir una pérdida de peso media del 15% al 20%, una fuente de esperanza para las personas que padecen obesidad. Pero, ¿en qué marco regulatorio se produce la llegada de estos fármacos a Francia? ¿Qué pacientes pueden tener acceso hoy a estos tratamientos y en qué condiciones? ¿Y podríamos eventualmente esperar que la Seguridad Social reembolse estos tratamientos, para permitir un acceso más justo a estos tratamientos?
Tratamiento hormonal
En Francia, más de 8.500.000 personas padecen la grave enfermedad de la obesidad. Recientemente, el laboratorio danés Novo Nordisk lanzó su primer fármaco contra la obesidad, Wegovy. Luego fue Mounjaro, desarrollado por el laboratorio estadounidense Eli Lilly, que apareció en las farmacias francesas. Emmanuelle Lecornet-Sokolendocrinólogo, nos explica cómo funcionan estos tratamientos: “Las incretinas, como el GLP-1, son hormonas producidas por los intestinos y que participan en la regulación del azúcar en sangre. Inicialmente desarrollados para tratar la diabetes tipo 2, los medicamentos basados en GLP-1 también han mostrado acción sobre el peso de las personas. Ralentizan el vaciamiento gástrico, lo que prolonga la sensación de saciedad, y actúan sobre el hipotálamo para regular el apetito.“.
¿Riesgos de abuso?
Ya se han observado abusos en el extranjero, sobre todo en el modelaje, donde se está extendiendo el abuso de este tipo de medicación. Algunos opositores están preocupados por el riesgo de que este fenómeno se produzca en Francia. Para Emmanuelle Lecornet-Sokoles un tema que hay que tener en cuenta, pero que no debe ocultar los avances reales realizados: “Una encuesta del Seguro de Salud estimó el uso indebido de medicamentos contra la obesidad en alrededor del 1%, lo que por supuesto es reprobable, pero es importante no centrarse demasiado en este punto, ya que esto ya estigmatiza el uso de estos medicamentos. una enfermedad muy estigmatizada, a la que no debemos añadir juicios sobre los pacientes, en particular mencionando casos marginales como el de ciertos influencers. Nuestro papel es apoyar a los pacientes ayudándoles a reequilibrar su alimentación, su actividad física adaptada y su trabajo. comportamiento alimentario, mientras se monitorean los efectos secundarios de los medicamentos, lo que puede ser de gran ayuda para muchas personas”.
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Supervisar usos
Sin embargo, estos nuevos tratamientos no son de venta libre para evitar este abuso. Emmanuelle Lecornet-Sokol especifica los motivos para controlar su venta y distribución: “La Alta Autoridad de Salud (HAS) recomendó, hace dos años, el uso de medicamentos contra la obesidad definiendo tres niveles de atención: obesidad simple sin tratamiento previo, obesidad con fracasos terapéuticos o complicaciones de moderadas a graves, y obesidad grave con complicaciones mayores. Estos medicamentos no son ni pueden ser una solución única y deben usarse de forma controlada para evitar el mal uso y la alteración del stock y evaluar mejor su eficacia en la práctica real. que sean prescritos como tratamiento de primera línea por los endocrinólogos, con renovación por los médicos generales, para pacientes con obesidad nivel 2.”
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