Nuestras instituciones y el ecosistema mediático ya no son capaces de traducir, priorizar y alinear las aspiraciones de los franceses. “Libé” pidió a ensayistas o activistas del mundo sindical, asociativo y universitario que nos dieran sus propuestas para “desverticalizar” el poder.
Un gobierno sin mayoría, un presidente que ignora las voces de los ciudadanos cuando los consulta, una Asamblea Nacional tripolarizada… Nuestras instituciones y el ecosistema mediático ya no son capaces de traducir, priorizar y dar coherencia a las aspiraciones de los franceses. Liberación Decidí revisar ideas para solucionarlo. Encuentre las propuestas de nuestros 18 colaboradores en nuestro informe especial.
Un gobierno sin mayoría, dirigido por un honorable representante (73 años) de un partido que perdió las últimas elecciones, un Presidente de la República incapaz de reconocer el más mínimo defecto (disolución por ejemplo), que reinventa la lista de agravios tras la movimiento de los chalecos amarillos, convenciones ciudadanas, luego el Consejo Nacional de Refundación (CNR), sin tener mucho en cuenta los resultados de estas iniciativas, una Asamblea Nacional dividida en tres grupos políticos incompatibles, amurallada en una cultura de confrontación, sindicatos olvidados por el ejecutivo, una extrema derecha esquiva tiktoker, un ecosistema mediático en gran medida bollorizado que favorece una polarización alimentada desde fuera por los ingenieros antiliberales del caos, una izquierda que a veces confunde radicalismo y exceso y lucha por hacer atractiva la cuestión ecológica, una prensa sujeta a las finanzas de industriales ricos que son cada vez más intervencionistas…
El panorama democrático de Francia es aterrador. Pero no se trata de rendirse. En una encuesta publicada el 12 de noviembre, el instituto Ipsos detalla la preocupación de los franceses que creen que nuestra democracia es disfuncional, pero sin embargo la mayoría no quiere ceder a los extremos. Liberación Decidí revisar ideas para solucionarlo. Dieciocho personalidades del mundo sindical, asociativo, universitario, ensayista y activista nos dan sus ideas para “desverticalizar” el poder, dando a la población los medios para recuperar el control de su destino colectivo. La crisis de representación resulta en el hecho de que –una observación que ha sido demasiado obvia durante tantos años– los franceses creen que no son escuchados por los políticos. Pero contentarse con esta observación acusatoria sería demasiado simple. Nuestras instituciones, como el ecosistema mediático, ya no son capaces de traducir, clasificar, priorizar y cohesionar las aspiraciones, la ira y las esperanzas de los franceses.
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Nuestro conjunto institucional, los órganos intermediarios, los mecanismos políticos y mediáticos que rigen la gran conversación nacional en un contexto de desafiliación generalizada, de creciente indefinición de las divisiones políticas, ya no permiten identificar una voluntad popular legible ni reunir soluciones aceptadas. . por una mayoría de franceses. Cuando examinamos las encuestas de opinión, parece que los franceses tienen aspiraciones contradictorias. Sin duda, por eso lo que se desprende de todos los aportes brindados a Libé por las personalidades con las que hemos contactado gira en torno a las formas y medios de involucrar al mayor número posible de personas en el desarrollo de soluciones políticas y sociales a la crisis política.
Los franceses entre motivos de ansiedad y resentimiento
Los franceses tienen la sensación de que las desigualdades están aumentando y muchos de ellos sienten que las están experimentando ellos mismos. Siempre desconfiados de las instituciones y del personal político considerado desconectado de la realidad, siguen sin embargo abrumadoramente apegados al compromiso personal, en particular a las asociaciones, fervientes defensores de la democracia, aunque una proporción cada vez mayor, el 24% (especialmente entre los jóvenes), cree que “el poder centralizado y autoritario sería la solución para combatir las desigualdades. Desde el Covid-19, esto es lo que señala el informe anual sobre el estado de Francia (Raef). Los franceses se muestran mayoritariamente satisfechos y optimistas sobre su situación personal, pero pesimistas respecto del colectivo nacional o global.
Destaquemos que entre los motivos de preocupación y ansiedad de los franceses encuestados por el instituto Ipsos para el Consejo Económico, Social y Medioambiental (Cese), la seguridad (séptimo lugar) y la inmigración (noveno lugar) están muy por detrás de la salud, en por primera vez, las preocupaciones financieras (tanto personales como del país), las desigualdades, el medio ambiente y la situación política del país. Un aspecto llamativo del informe recuerda una tendencia muy presente en la opinión estadounidense durante la campaña presidencial: el afianzamiento del malestar masculino que frena el progreso hacia la igualdad de género. De hecho, es el informe de 2024 y no el de 1954 el que señala el sexismo. “Increíblemente significativo”: “El 70% de los hombres cree que un hombre debe asumir la responsabilidad financiera de su familia, mientras que el 25% de las personas entre 25 y 34 años piensa que a veces es necesario ser violento para ser respetado”.
Pero podría decirse que la cifra más aterradora de Raef 2024 es la siguiente: el 24% de los franceses no se sienten realmente parte de la sociedad francesa. ¿La sensación de aislamiento territorial, el alejamiento de los servicios públicos, la impresión de estar abrumado por la secuencia de acontecimientos que provocan ansiedad y que abruman bajo el peso de las noticias continuas y de las redes sociales? El Raef hace algunas recomendaciones que coinciden con las de las 20 personalidades solicitadas por Liberación para intentar poner fin a la depresión y desconfianza reinantes hacia las instituciones y quienes las encarnan: “Parece esencial implicar más a los ciudadanos incluso en las decisiones más técnicas”. Al 23% de los encuestados le gustaría “escuchar mejor a los ciudadanos y sus preocupaciones”. Y el informe concluye: “Si ya existen mecanismos de consulta que involucran a los ciudadanos, hoy debemos dotarnos de los medios para avanzar hacia la co-construcción sobre un mayor número de temas”. Las propuestas recogidas por Liberación proporcionar algunas pistas.
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