l24 de marzo, víspera de su 44mi aniversario, Bassirou Diomaye Faye se convirtió en el presidente más joven de Senegal al reunir en su nombre a nada menos que el 54% de los votantes senegaleses. Este inspector fiscal, que había surgido como candidato tras el líder de la oposición, Ousmane Sonko, fue elegido con la promesa de “derrocar el sistema” considerado clientelista. Todos se preguntaban hasta dónde llegaría la “ruptura” prometida por este presidente soberanista y panafricanista que se apresuró a nombrar primer ministro a su amigo.
El domingo 17 de noviembre, los dos hombres realizarán su primera prueba electoral durante las elecciones legislativas anticipadas que han convocado. Un paso importante para estos dos ex altos funcionarios que, como anunciaba su eslogan de campaña “Diomaye es Sonko”, gobiernan juntos en una coreografía singular.
El primer ministro Ousmane Sonko, omnipresente, consume el espacio público mientras el presidente permanece reservado. Una inversión de roles en la cúpula del poder ejecutivo sin precedentes en un Estado forjado por el hiperpresidencialismo, un sistema heredado de Léopold Sédar Senghor, primer presidente del Senegal independiente, y castigado por su lejano sucesor Diomaye Faye.
Un reparto de roles
Como candidato, denunció la “control” del entonces presidente, Macky Sall, en cuestiones legislativas y judiciales y prometió una reforma constitucional para reducir el poder presidencial. Esta distribución fue acordada por el Jefe de Estado –que califica a Ousmane Sonko de “el mejor primer ministro de la historia” – podría inspirar un nuevo modelo de gobernanza, no exento de dificultades.
“Su reparto de funciones es el resultado de una situación excepcional. El Primer Ministro elige al Presidente, de ahí la lealtad de este último. El equilibrio se mantiene porque se consultan”, señala Maurice Soudieck Dione, profesor asociado de ciencias políticas en la Universidad Gaston-Berger (UGB), en Saint-Louis, Senegal. Sin embargo, el presidente no debe ceder sus poderes porque sólo él tiene la legitimidad del sufragio universal. De lo contrario, creamos las condiciones para una confrontación. »
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Promotor de enderezar, enderezar, corregir (“rectitud, transparencia y ejemplaridad”, en wolof), el dúo intenta establecer nuevas prácticas incluso en la financiación de su partido, Pastef (Patriotas Africanos de Senegal por el trabajo, la ética y la fraternidad).
A sus activistas que exigen ” cambiar “Ousmane Sonko pide meterse la mano en el bolsillo para apoyar la campaña electoral. “Su discurso es innovador respecto al de la clase política clásica, que anima a los activistas a implicarse. Se unen por convicción, no porque les hayan dado dinero o comida”.analiza Moussa Diaw, profesor emérito de ciencias políticas de la UGB.
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