Julian Harston, ex vicesecretario general de la ONU durante el gobierno de Ban Ki-moon y respetado experto en la cuestión del Sáhara, reacciona ante las consecuencias de la reciente visita de Estado del presidente francés Emmanuel Macron a Marruecos. Harston, figura de la ONU que dirigió la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para la organización de un referéndum en el Sahara), subraya la importancia del reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sahara por parte de Francia, que califica de “momento histórico”, un punto de inflexión para relaciones internacionales en la región.
Al margen de una entrevista concedida a Africa Presse, Julian Harston vuelve a la posición afirmada por Emmanuel Macron durante su estancia en Marruecos, donde el presidente francés expresó sin ambigüedades su apoyo a la solución de una autonomía bajo soberanía marroquí para el Sahara. “El presidente francés ha indicado muy claramente que el único futuro para el Sáhara es la autonomía recomendada por Su Majestad Mohammed VI”, recuerda Harston, añadiendo que este reconocimiento es “un momento histórico” para el pueblo marroquí.
La decisión de Francia de abrir un consulado en una de las principales ciudades saharauis, en El Aaiún o Dajla, supondrá un fuerte gesto de apoyo diplomático. Harston saluda esta iniciativa y cree que simboliza el fin de la política “al mismo tiempo” de Macron, vista a menudo como un frágil equilibrio entre Argelia y Marruecos. “En la vida, debes saber elegir según tus intereses y los intereses superiores de la Nación que representas”, comenta, subrayando que esta posición adoptada por Francia representa un avance importante, tanto simbólico como político.
Julian Harston prevé que esta posición de Francia podría reforzar las tensiones con Argelia, país que sigue bloqueando una solución pacífica al conflicto, al negarse a reconocer su papel en esta situación.
“Argelia se niega a admitir que es parte en este conflicto y persiste en bloquear cualquier solución pacífica”, declaró. Sin embargo, Harston ve en este gesto una oportunidad para cerrar un conflicto diplomático que, según él, “ha durado demasiado” entre Francia y Marruecos.
Además del aspecto diplomático, la visita de Macron también estuvo marcada por una importante dimensión económica.
Acompañado de una delegación de una cincuentena de empresarios, el presidente francés afirmó la voluntad de Francia de reforzar su presencia económica en Marruecos. “Este retorno de Francia al desarrollo económico del Reino es crucial”, sostiene Harston, quien subraya el optimismo de los inversores sobre las perspectivas de cooperación en sectores clave como el petróleo y el automóvil.
El impacto simbólico y diplomático a nivel internacional
Harston espera que otros países europeos, en particular el Reino Unido, sigan el ejemplo de Francia y reconozcan la soberanía de Marruecos sobre el Sahara. Aunque el nuevo gobierno británico está actualmente consumido por cuestiones de política interna, cree que un reconocimiento similar podría ver la luz dentro de dos años. “Estoy firmemente convencido de que esto sucederá y se hará”, afirma con optimismo.
Durante el 49º aniversario de la Marcha Verde, Harston recordó las palabras del rey Mohammed VI, que reafirmó el apego de los saharauis a su marroquidad y los vínculos históricos que unen esta región al Reino. En esta continuidad, Harston considera que Naciones Unidas debe “asumir sus responsabilidades” y elegir claramente entre la visión “realista y legítima” de Marruecos y la de Argelia, que califica de “esclerótica y aislada del mundo real y sus desarrollos.
Para Harston, el creciente compromiso de Marruecos con África es una de las mayores transformaciones de la última década. Marruecos, bajo el liderazgo de Su Majestad Mohammed VI, se ha convertido en un actor clave en el continente africano, desarrollando asociaciones estratégicas y fortaleciendo sus vínculos con sus vecinos. “El Reino ha cambiado de alguna manera en tamaño y en influencia”, subraya Harston, que evoca también las rápidas transformaciones económicas de las provincias del sur, en particular en El Aaiún y Dajla, donde se han realizado numerosas inversiones.
Este ascenso de poder va acompañado de una evolución de la diplomacia marroquí, que pasa de un enfoque didáctico a una diplomacia económica activa y eficiente, despertando el creciente interés de los socios internacionales. “La visión de Marruecos ha cambiado, no sólo en África, sino en la escena internacional, y este éxito es extraordinario”, afirma Harston.
Perspectivas de futuro y apoyo de un “amigo crítico”
Julian Harston expresa su optimismo sobre el futuro diplomático y económico de Marruecos. Aunque se considera un “amigo crítico”, dispuesto a compartir francamente sus comentarios con las autoridades marroquíes, Harston se declara impresionado por el dinamismo del Reino y por la nueva confianza de sus ciudadanos, especialmente en las provincias del sur.
Ve en este reconocimiento internacional y en los numerosos proyectos de desarrollo en el Sahara los signos de una nueva era para Marruecos, un país que continúa fortaleciendo su influencia y despertando la admiración de sus socios internacionales. “Tengo grandes esperanzas en el Reino de Marruecos y en el desarrollo del Sáhara”, concluye, convencido de que Marruecos está en el camino de un éxito duradero a nivel diplomático y económico.
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