La Unión Europea anuncia la no renovación del acuerdo de pesca con Senegal que expira el 17 de noviembre de 2024. Pero en realidad sabía lo que le esperaba con nuevas autoridades decididas a poner fin al expolio de los recursos pesqueros del país renegociando o rescindir sus contratos.
Recordemos que, tras el cambio en Senegal, las autoridades recibieron a Charles Michel, Presidente del Consejo Europeo, en un contexto en el que el nuevo Gobierno agitaba la cuestión de la fiscalización del sector y la renegociación de los contratos.
También hemos observado durante este período una salida oficial del embajador de la Unión Europea en Senegal, que declaró que en total la UE pagaba a Senegal aproximadamente 1,7 millones de euros cada año debido al acuerdo que especificaba que los barcos europeos sólo estaban autorizados a pescar excedentes de stock. .
También afirmó que la UE estaba dispuesta a renegociar este acuerdo pesquero con el gobierno.
El hecho de romper el contrato el primero en lo que se puede considerar una carrera por el tiempo podría tener como objetivo mostrar al mundo que es Europa la que ha decidido no renovar.
Recordemos que durante decenios las aguas senegalesas han sido objeto de un saqueo sistemático por parte de algunos de nuestros socios.
¡ESTO REALMENTE NO ES NORMAL!
El protocolo con la UE, valorado en 1,7 millones de euros (¡unos 1.100 millones de FCFA!), cubre un volumen de referencia de 10.000 toneladas de atún y 1.750 toneladas de merluza negra. Esto equivale aproximadamente a un precio de compra por kg de 0,15 euros (95 FCFA). El precio de venta en Europa puede variar entre 10 y 20 euros el kilo, o entre 6.560 y 13.000 FCFA, sin tener en cuenta los riesgos de superar los volúmenes autorizados y capturar otras especies en el contexto de la pesca ilegal.
Esta dotación anual es tan irrisoria que apenas representa el 2% del presupuesto del Ministerio de Pesca senegalés. Ni siquiera puede construir una escuela o un hospital digno de ese nombre.
¿Por qué también hablar en este acuerdo de “excedentes” en un entorno senegalés marcado por la escasez de recursos pesqueros y las amenazas de inseguridad alimentaria?
Siempre me pregunto por qué las autoridades senegalesas salientes pudieron firmar acuerdos que eran objetivamente desfavorables para el país.
Mi pregunta también se refiere a cómo la UE, tan rápida en recordar las reglas de buena gobernanza, pudo aceptar avanzar en la dirección de un protocolo tan inestable.
Está claro que Senegal está recuperando su plena soberanía sobre las cuotas de pesca vendidas a precios bajos.
¿Qué representa esta mísera suma de 1,7 millones de euros para un país serio? Nada.
Más de 45.000 muertos desde 2014 según la OIM debido en parte al saqueo de nuestras costas.
Recomendamos que los países africanos se inspiren en el ejemplo senegalés y denuncien sus acuerdos.
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