Actor y testigo privilegiado de la Marcha Verde, Mohamed Seddik Maaninou ofrece un relato apasionante de esta epopeya nacional que cambió el destino de Marruecos. De la preparación secreta a la movilización masiva, el escritor y periodista revela entre bastidores una estrategia real que permitió la recuperación pacífica del Sáhara marroquí.
La Asociación Fès-Saïss marcó con una piedra blanca la celebración del 49º aniversario de la Marcha Verde. Así organizó, el pasado sábado, una memorable conferencia presidida por el periodista y escritor Mohamed Seddik Maaninou, testigo privilegiado de este acontecimiento histórico.
Esta iniciativa se enmarca en el deseo de perpetuar la memoria de esta epopeya nacional, de acuerdo con las instrucciones reales, y de sensibilizar a las generaciones más jóvenes sobre el carácter sagrado de la integridad territorial. Ante un público formado por académicos, líderes políticos y actores de la sociedad civil, Maaninou reveló entre bastidores esta operación magistral, resultado de una meticulosa preparación orquestada por SM el Rey Hassan II.
La idea de la Marcha, nacida el 19 de agosto de 1975, fue compartida por primera vez en el mayor secreto con los gobernadores del Reino durante una reunión celebrada en pleno Ramadán, el 26 de septiembre de 1975. Estos últimos prestaron juramento el 19 de agosto de 1975. esta ocasión de confidencialidad antes de iniciar los preparativos logísticos en sus respectivas regiones. La formación de la dirección también fue crucial: setecientos agentes y auxiliares de la autoridad recibieron en Benguerir una formación acelerada, centrada en la buena ciudadanía, el patriotismo y el liderazgo de las masas. No fue hasta el discurso real del 16 de octubre que descubrieron el verdadero motivo de su formación.
Una movilización nacional sin precedentes
La cifra de 350.000 caminantes, el 10% de los cuales eran mujeres, no fue determinada al azar. Como explicó el propio difunto rey Hassan II, este número correspondía a los nacimientos anuales en Marruecos, simbolizando así la renovación nacional. Los participantes fueron seleccionados según cuotas determinadas según la importancia de cada región.
Así fue como el 6 de noviembre de 1975, cientos de miles de marroquíes, “armados” sólo con el Corán, se precipitaron hacia la frontera del Sahara, desafiando pacíficamente la presencia española. Esta demostración de fuerza silenciosa y notablemente organizada sorprendió a la comunidad internacional y rápidamente condujo a los Acuerdos de Madrid, que permitieron la recuperación de nuestro Sáhara sin el más mínimo derramamiento de sangre.
Un símbolo de unidad nacional
Más allá de la reconquista territorial, la Marcha Verde constituyó un momento fundacional del nacionalismo marroquí. Permitió consolidar la unidad nacional en torno a la persona del Rey y poner en valor la riqueza cultural del Reino. Como destacó el ponente, la diversidad de trajes, canciones y danzas tradicionales de las diferentes regiones de Marruecos no dejó de impresionar a los numerosos periodistas internacionales presentes.
La intervención de Maaninou concluyó con una sesión de firma de sus obras conmemorativas y con la entrega del trofeo de la Asociación Fès-Saïss y de la ciudad de Fez por parte del alcalde, Abdeslam El Bekkali. Hassan Slighoua, presidente de la Asociación Fès-Saïss, recordó que esta conmemoración se inscribe en una continuidad histórica: tras la liberación del país y la del Sahara, bajo los reinados, respectivamente, de Mohammed V y Hassan II, Marruecos continúa su desarrollo hoy bajo el ilustrado liderazgo de SM el Rey Mohammed VI.
Esta celebración también estuvo marcada por la proyección de un documental de 14 minutos titulado “¿Qué es la Marcha Verde?” Producido por el Centro Cinematográfico de Marruecos en 2021, este documental permite a las nuevas generaciones comprender mejor esta página gloriosa de la historia milenaria del Reino.
Mehdi Idrissi / Inspiraciones ECO
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