Este martes por la mañana era más difícil circular por el paseo marítimo de Saint-Denis, entre Chaudron y Barachois. Lo que ha provocado estas ralentizaciones es una operación de caracol llevada a cabo por los transportadores de efectivo.
Una veintena de vehículos, supervisados por fuerzas policiales, circulaban a velocidad reducida a ambos lados de Saint-Denis. Los manifestantes, portadores de dinero, se dirigieron a la Prefectura. Denuncian sus condiciones laborales y presiones al personal.
Rémy Belda, responsable de transportes y equipamientos de la CFDT, está enfadado. Denuncia el incumplimiento de la normativa por parte de las empresas de transferencia de efectivo en la Reunión.
Según él, algunos de los vehículos serían auténticos “ataúdes rodantes”. Las reparaciones a realizar, reveladas durante las inspecciones técnicas, no se realizan.
En cuanto al personal, algunos estarían sujetos a presiones por parte de sus directivos, en particular de los funcionarios electos.
Estos últimos denuncian la falta de formación continua de sus compañeros.
Un funcionario electo fue suspendido como medida cautelar y luego destituido. Tras una solicitud a la inspección del trabajo, la empresa fue rechazada y el empleado aún no ha sido reintegrado.
Otra persona que ya no está al día en su formación profesional se negó a ocupar su cargo para no quedar al margen de la ley. También fue suspendida como medida cautelar.
Los manifestantes esperan que las autoridades públicas pongan fin a estos fallos.
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