En esta mañana de miércoles de noviembre, el cielo estaba azul y el sol dorado, la naturaleza serena. De repente, sonó el teléfono y fue como un trueno que resonó en todo el pueblo de Sauzet. Las malas noticias transmitidas por este dispositivo anunciaron la muerte de Claudine Duthil, amiga entre otras del grupo de marcha de Sauzet.
Durante su vida profesional recorrió las carreteras del cantón en automóvil. Una vez jubilada, esta amante de la naturaleza pudo entregarse a su pasión, caminar, varias veces por semana, por los caminos y senderos de los alrededores e incluso más allá. Cuando se formó el grupo de caminantes de Sauzet, ella fue una de las primeras en llevarlo a la pila bautismal. Naturalmente, su amplia experiencia en el sector y su conocimiento de las rutas de senderismo la convirtieron en “la capitana de la ruta”, para sugerir itinerarios de senderismo y guiar a los participantes. Su amabilidad natural amenizó las salidas con verdaderos momentos de convivencia y su experiencia nos permitió enriquecer los conocimientos de los caminantes.
Por eso, hoy, sus amigos se sienten impotentes ante su repentina desaparición pero no hay duda de que ella siempre estará ahí para aconsejarlos y evitar que se extravíen por algún camino desconocido. El grupo de caminantes de Sauzet presenta su más sentido pésame a Bernard, marido de Claudie, y a toda la familia. La Dépêche se une a ello.
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