Una veintena de militares fuertemente armados, furgonetas, un barrio completamente acordonado… Este viernes 8 de noviembre, el hombre que se había refugiado en su casa de Castelnau-de-Médoc a finales de septiembre fue declarado culpable por el tribunal penal de Burdeos. de violencia agravada y amenazas de muerte hacia tres bomberos cuando acudieron a auxiliarlo.
El 24 de septiembre, sobre las 15.00 horas, la madre de este hombre de 41 años, que padece trastorno bipolar, llamó a los bomberos tras recibir mensajes preocupantes de él. Al llegar al lugar, el equipo formado por tres bomberos ingresó a su domicilio y lo encontró muy ebrio. Al regresar a la cocina, sale con un cuchillo en la mano, apuntando hacia los servicios de emergencia e incluso clavándolo en un cojín que le tiende un bombero a modo de escudo improvisado. Los bomberos lograron escapar y encerrarlo adentro, y pidieron refuerzos. Una gran fuerza de una veintena de gendarmes se había desplegado en la pequeña ciudad y el loco fue detenido unas horas más tarde, alrededor de las 20.00 horas.
Alcohol y enfermedades
“No fui yo mismo, lo perdí totalmente”, murmura en el estrado el acusado, asegurando que “no recuerda nada” y diciendo que lo siente “sinceramente”. También explica que en el momento de los hechos había suspendido durante tres semanas su tratamiento para su trastorno bipolar y había bebido al menos una botella de whisky. El alcohol y sus múltiples problemas de salud también estuvieron en el centro de los debates durante la audiencia. Además de su bipolaridad, el hombre, que no trabaja desde los 33 años, lucha contra la enfermedad de Huntington, que le provoca una degeneración neurológica.
“No hace mucho excepto comprar cigarrillos y alcohol, y está totalmente afectado por esta enfermedad que también mató a su padre”, explica M.mi Smagghe, su abogado, pide su liberación. Si bien inicialmente su juicio estaba previsto que se celebrara en comparecencia inmediata el 27 de septiembre, fue pospuesto debido a su ausencia, lo que provocó, según su abogado, “una crisis de abstinencia de alcohol”.
Una circunstancia agravante
“Estar en estado de ebriedad ya no es una circunstancia atenuante sino agravante”, señala Marc Fritsch, presidente de la audiencia. Podrías haber herido gravemente o, peor aún, a los bomberos que acudieron a la base para ayudarte. »
Por su parte M.mi Guillaume Sapata, abogado de los demandantes, consideró “graves” los hechos. “Aún teníamos varias puñaladas en este puf. Estamos ante una persona con un problema grave de adicción al alcohol. Él mismo dice que es agresivo cuando bebe. » Según el peritaje psiquiátrico, a pesar de una grave intoxicación por alcohol, el perito no observó ninguna alteración ni pérdida del discernimiento, lo que su abogado cuestiona.
El fiscal solicitó dos años de seguimiento sociojudicial y una orden de tratamiento. El hombre de cuarenta años fue finalmente condenado a diez meses de prisión con dos años de suspensión de la prueba, una orden médica y una prohibición de portar armas durante cinco años. No planea apelar.
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