La manada llevaba años allí, provocando indignación y excitación entre los vecinos. En Saint-Jean-de-Boiseau, a pocos kilómetros al oeste de Nantes (Loira Atlántico), el ganado abandonado fue objeto de una operación de sacrificio. El miércoles, un explorador de lobos mató 35 vacas y toros, a petición del municipio. Una elección que también despertó el entusiasmo de una parte de la población, lo que obligó al ayuntamiento a reaccionar.
En un comunicado de prensa, el municipio explica que no tenía otra opción. “No se ha podido implementar ninguna solución realista”, asegura el ayuntamiento. Porque “las vacas en cuestión, al haber evolucionado en estado salvaje y sin identificación, presentan riesgos sanitarios y comportamentales que les impiden reintegrarse en un circuito alimentario”. Pero también porque la configuración de las marismas en las que vivían no permitía ser rescatados.
Por tanto, el 6 de noviembre todo el ganado fue sacrificado “para garantizar el bienestar animal”, afirma el municipio de Saint-Jean-de-Boiseau. Un razonamiento que puede parecer extraño pero que “permitió evitar las condiciones de vida extremas a las que se habría enfrentado el rebaño este invierno”. En 2023, los residentes publicaron fotografías que mostraban vacas atrapadas en el barro. “Una situación así no debe volver a ocurrir”, asegura la comunidad en su comunicado de prensa.
El criador se niega a dar explicaciones.
En cuanto al criador que abandonó su rebaño, fue rápidamente identificado. Pero este último nunca quiso recuperar a sus animales. “Se han iniciado procedimientos judiciales contra la agricultura responsable de esta situación”, asegura el municipio.
Nuestros colegas de Prensa oceánica Intentó interrogarlo pero sólo recibió silencio y enojo. “No quiero contar mi historia, quiero que me dejen en paz”, repitió el criador antes de pedir a los periodistas que se marcharan. De acuerdo a Prensa oceánicael hombre se habría reconvertido a la producción de frutas y verduras.
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