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Antigüedades Chez Aïcha: el secreto bien guardado de Ville-Émard

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Esta acogedora cueva de Ali Baba atrae a lugareños y a muchos visitantes habituales desde hace 24 años. Vienen regularmente a hacer su pequeño recorrido, hurgando entre los muebles y objetos amontonados y bien ordenados. Aquí seguro que encontramos algo, ¡y no necesariamente lo que estábamos buscando al principio!

Natalie Sicard

“Todo el mundo tiene derecho a la felicidad” es la frase favorita de la propietaria, Farida, que dejó su Túnez natal en 1990 para instalarse en Montreal. Mientras arreglaba su casa, quedó gratamente sorprendida por la cantidad de objetos y muebles que iba guardando, pues en su país la gente los dona en lugar de tirarlos. Restaurar y repintar muebles se convirtió en el nuevo hobby de alguien que ya amaba la decoración. Una vez que su casa estuvo bien equipada, incluso vendió algunas a los vecinos. De ahí la idea de abrir su tienda.


Natalie Sicard

Cuando presentó su plan de negocios al distrito, le dijeron: “Pero querida señora, este es un barrio pobre, ¿de verdad cree que va a vender cosas usadas?” ¡Y todavía! Durante casi un cuarto de siglo, sus hallazgos, comprados, encontrados y cazados aquí y allá, han atraído al barrio y a los nuevos vecinos que se instalan en la zona. Antigüedades, mercadillos, Farida se asegura de tener un poco de todo y sobre todo a precios muy asequibles, porque “cada uno tiene derecho a su pequeña felicidad”, una bonita taza, un plato viejo, un vaso elegante, que alegrará mejorar su día a día.

Nostalgia por el pasado

El espacio de 1.800 pies cuadrados, distribuido en dos plantas, está lleno de hallazgos. Tazas de café, vajillas de colores o ahumadas, en porcelana italiana, Pyrex o loza azul, de Inglaterra, Francia, Holanda o Portugal, podrás encontrar la pieza que embellecerá tu mesa. Las luminarias también son numerosas y variadas: desde la lámpara de cinta de espagueti hasta la lámpara colgante modernista, pasando por la lámpara provenzal francesa y su arlequín o el globo terráqueo. setenta que apareció en una película de mafia. El sótano está lleno. En este alegre baratija, “hay clientes que a veces se conmueven al encontrar un objeto que les recuerda su juventud o incluso la casa de sus abuelos e incluso bisabuelos”.


Natalie Sicard

“La gente siente nostalgia”, dice la mujer que conoce la historia de casi cada pieza que ha desenterrado en un mercadillo, en una venta de propiedades o en los restos de un set de filmación. Y le encanta contarlo, lo que hace que el ambiente aquí sea acogedor y propicio para encuentros e intercambios. Corre el riesgo de serlo aún más en un futuro próximo, cuando su hija, Aïcha, se haga cargo del negocio y agregue un salón de té: “Un proyecto en el aire para celebrar nuestro 25º aniversario el año que viene”, me confió el propietario. una sonrisa.


Natalie Sicard

Para saber más, consulte:

Facebook e Instagram: mercadillo y antigüedades Chez Aicha

Tienda de Etsy: Mercadillo de Aicha

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