La ceremonia estuvo acompañada de una exposición temporal: “Herencias judías robadas: el destino de la colección Andriesse”, que narra la vida de la pareja. Después de su huida de Bruselas a Nueva York en 1940, la colección de arte y textiles de los Andriess fue saqueada por el régimen de ocupación nazi en Bélgica. Parte de la colección sigue siendo imposible de rastrear.
La curadora de la exposición e investigadora del Jewish Digital Cultural Recovery Project (JDCRP), Anne Uhrlandt, quiso resaltar la influencia de la pareja en la escena cultural belga antes de la Segunda Guerra Mundial.
“Los Andriess, muy influyentes y socialmente respetados en Bruselas, eran conocidos por sus donaciones a diversas causas benéficas, sin distinción de género o religión”, detalló Anne Uhrlandt. “Casi 80 años después del fin del Holocausto, es hora de traer sus nombres y su memoria a su ciudad natal”, dijo.
Más que un “objeto encontrado, es un acto de justicia hacia los nombres que merecen ser visibles”, concluyó la directora del Museo, Barbara Cuglietta.
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