El desafío de Notre-Dame es todavía y siempre la historia de una tradición centenaria, pero aún más la historia de una transmisión. Como un tesoro a preservar, la tradición de este patrimonio debe transmitirse, para que no desaparezca. Recordemos que Víctor Hugo contribuyó sin duda al primer rescate de Notre-Dame de París, gracias a su novela de 1831 que transformó la forma de ver la catedral, entonces en gran peligro y profundamente abandonada… Dos siglos después, el 15 de abril de 2019, Nuestra Señora se nos apareció como el Ave Fénix, que creemos ver desaparecer, y que renace de sus cenizas. A pesar de las vicisitudes y de las pruebas que ha sufrido, Notre-Dame sigue siendo un edificio vivo, y todos pudieron medir la inmensa emoción durante el incendio y la voluntad que surgió de contribuir al renacimiento de la catedral, a su resurrección.
La Fundación Notre Dame, principal financiadora de la catedral
Una afluencia providencial de donaciones de todo el mundo permitió recaudar un total de 840 millones de euros. El principal financiador de la catedral, la Fundación Notre Dame, recaudó la mayor parte en efectivo, es decir, 340 millones de euros a través del Fondo de la Catedral. Impulsada así a la vanguardia hace cinco años, la Fundación Notre Dame pudo demostrar a gran escala su experiencia en la recaudación de fondos para una importante restauración del patrimonio. Los donantes deseosos de aportar “su pequeña piedra al edificio” expresaron su deseo de “poder volver y ver Notre-Dame en pie” y, sobre todo, “permitir que (sus) hijos y nietos tengan este patrimonio y sigan preservando él. »
Estatua de la Virgen del Pilar, milagrosamente preservada de la destrucción la noche del incendio de Notre-Dame el 15 de abril de 2019. © Pascal Lemaitre / Notre-Dame de Paris
Etapas sucesivas de recogida para una restauración compleja
La primera fase de recaudación, iniciada mediante suscripción estatal el día después del incendio, permitió financiar la seguridad durante la fase 1 y luego la restauración del edificio, en la fase 2. Consistió, en particular, en reparar los daños causados por el incendio en la catedral: reparación de la armadura y del chapitel destruidos por el incendio, descontaminación y limpieza del edificio. La fase 3, que se iniciará tras la reapertura, tiene como objetivo restaurar los alzados exteriores del ábside, la sacristía y los cruceros norte y sur. Se está realizando otra colecta, apoyada por el Fondo de la Catedral para las necesidades de la diócesis de París, destinataria de la catedral, para financiar el equipamiento interior y las instalaciones de acogida del público, y se recaudarán otros 500.000 euros hasta finales de 2024.
El 8 de diciembre, Notre-Dame volverá a abrir sus puertas a los fieles, peregrinos y visitantes de todo el mundo que esperan con impaciencia el final de las titánicas obras. © RD
Un problema a largo plazo para Notre-Dame
Este programa incluye en particular el mobiliario litúrgico, pero también el recorrido de mediación, la aplicación móvil, la señalización y otros sistemas de acogida en Notre-Dame para todos los públicos, con una estimación de 15 millones de visitantes al año. La catedral reabrirá sus puertas el 8 de diciembre y retomará progresivamente la escala de sus actividades. Pero el tema está lejos de estar cerrado, porque las obras de construcción de Notre-Dame y sus trabajos de restauración aún no están terminadas. Si los daños del incendio han sido reparados, la necesidad de remediar la falta de mantenimiento sigue siendo una prioridad para la sostenibilidad de la catedral. Por lo tanto, el proyecto continuará en 2025, con la tercera fase de trabajos de restauración, para remediar los puntos de fragilidad restantes de Notre-Dame.
El fabricante francés Bosc produjo 1.500 sillas. Diseñados por Ionna Vautrin, los nuevos asientos se integrarán de forma ligera y discreta en la arquitectura del lugar. © Ionna Vautrin
La catedral, un tesoro a preservar para las generaciones futuras
No se puede enfatizar lo suficiente que la restauración fue financiada íntegramente con donaciones. El incendio de Notre-Dame fue una toma de conciencia del fuerte vínculo que cada persona puede tener con la catedral, que se concretó gracias a numerosas contribuciones. Atenta a “levantar a los hombres tanto como a las piedras”, la Fundación Notre Dame también pudo dar a conocer sus otras acciones llevadas a cabo en favor de la ayuda mutua y de la educación, a través de fondos y fundaciones protegidas, y beneficiarse del apoyo de los donantes. Este ámbito de intervención dirigido a personas en situación de precariedad, fragilidad y discapacidad es plenamente coherente con los valores cristianos que animan la catedral desde su origen: lugar de acogida, refugio para los pobres y los que sufren. Notre-Dame atraviesa los siglos, es atemporal, como un tesoro que hay que preservar, un regalo para las generaciones futuras. Más que nunca, debemos revivir Notre-Dame, trabajar por su influencia, una y otra vez.
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Majestuosa Notre-Dame
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