“Nunca habíamos experimentado un apagón tan importante en Francia”. En una frase, el delegado regional de Orange resume la magnitud de las reparaciones que los técnicos del grupo tuvieron que afrontar tras el paso del temporal Ciaran. En cifras, para el operador de telecomunicaciones, esto se tradujo en 3.000 postes telefónicos en tierra que tuvieron que ser sustituidos en Morbihan, 63.000 clientes de telefonía fija privada y 116.000 clientes de telefonía móvil. 3.000 técnicos trabajaron arduamente para volver a poner en funcionamiento una red dañada. “La mitad de los clientes se reconectó en los dos días siguientes, el 90% en dos semanas”, afirma Damien de Kerhor, utilizando equipos que trabajan seis días a la semana y refuerzos, algunos de los cuales llegaron del otro lado de Francia.
Decenas de millones de euros de trabajo
Los últimos clientes conectados en el departamento se produjeron a finales de primavera “en el noroeste de Morbihan, en el sector de Gourin”, porque sus casos respondían a cuestiones específicas de intervención (podas delicadas, proximidad a la red eléctrica, etc.). El coste de las reparaciones se estima en decenas de millones de euros, sin que Orange quiera dar el importe exacto. Desde entonces, el operador dice haber mejorado su procedimiento de diagnóstico de fallas y su operación con sus subcontratistas. Orange desearía que “se relajen los procedimientos administrativos en caso de una crisis importante”.
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