Precisa que esta legislación exige el uso de jaulas de mayor tamaño, con arena en el suelo y ramas. Cada jaula debe permanecer cerrada en más de un tercio de su volumen para que las aves puedan aislarse de los visitantes.
Halagado de haber sido coronado campeón francófono entre sesenta criadores que representan a una quincena de empresas francófonas, Sylvain Romano insiste en que la cría es una escuela de paciencia. “Me llevó diez años tener mi primer eclectus joven y veinte años antes de obtener por primera vez un título de campeón del mundo”, explica el criador de Courgenay, cuya primera satisfacción es tener hermosos pájaros.
Desde muy joven
Para él, todo empezó cuando tenía 3 o 4 años, cuando su tía abuela le regalaba regularmente parejas de pájaros. Su padre le había construido su primer aviario en su dormitorio, donde intentaba anidarlos.
Un poco olvidada durante la adolescencia, esta pasión volvió a él a los 24 años, cuando, junto con su esposa, decidió tomar cuatro periquitos que rápidamente tuvieron crías. “Luego me invitaron a participar en las actividades de La Bergeronnette, de la que, de una cosa a otra, me convertí en presidente”.
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