El paisaje vial marroquí, a menudo considerado de riesgo en muchos lugares, muestra una tendencia preocupante en materia de accidentes de tráfico. Según la Autoridad Nacional de Seguridad Vial, este problema pesa mucho sobre la economía nacional. De hecho, el coste económico de los accidentes de tráfico alcanza los 19,5 mil millones de dírhams al año, o aproximadamente el 1,7% del PIB.
Con un importe de casi 2.000 millones de dírhams, las pérdidas económicas derivadas de los accidentes se refieren a costes sanitarios y de reparaciones materiales, pero también a repercusiones humanas y sociales más amplias. Las repercusiones se extienden a las familias de las víctimas, que sufren pérdidas irreparables, y a la economía, que sufre una caída de la productividad debido a la prolongada ausencia de los heridos del mercado laboral.
Desde 2022, la red de carreteras marroquí ha experimentado un deterioro de la seguridad, constatación de NARSA durante un reciente seminario en Casablanca. Mohamed Chiboub, su responsable de comunicación, expuso las principales deficiencias: velocidad excesiva, falta de respeto a las normas de tráfico y comportamiento imprudente. Estos factores contribuyen en gran medida al aumento del número de accidentes. Aunque el país registró una disminución del 13% en el número de muertes en carretera entre 2010 y 2021, en el año 2023 se produjeron 3.819 muertes, una cifra lamentablemente récord que requiere una intervención inmediata.
Lamentablemente, el aumento de la popularidad de los vehículos de dos ruedas, impulsado por sus costes de adquisición y mantenimiento relativamente bajos, va acompañado de mayores riesgos en la carretera. Este modo de transporte se ha convertido en el vehículo preferido en las grandes ciudades, lo que significa que alrededor del 40% de las muertes en carretera afectan a motociclistas. A esto se suman los ciclistas (7,5%) y peatones (26%), cuyas vidas quedan peligrosamente expuestas. Estas cifras reflejan una necesidad urgente de mejorar la protección de estas categorías vulnerables de usuarios de la carretera.
A pesar de las estrategias implementadas por NARSA desde 2020, los resultados siguen siendo decepcionantes. En la primera semana de octubre de este año se produjeron 25 muertos y casi 3.000 heridos en 2.193 accidentes en zonas urbanas. El lento progreso en la seguridad vial tiene importantes impactos económicos, lo que obstaculiza los esfuerzos para estimular el crecimiento económico y fortalecer el bienestar social.
Ante esta situación, el Salón Auto Ocasión de Casablanca analiza el próspero mercado de vehículos usados, cuyas ventas se dispararon un 75% entre 2019 y 2023, destacando la necesidad crítica de políticas de seguridad vial más efectivas. Si bien el consumo refleja una economía dinámica, la seguridad no sigue el ritmo, lo que aumenta los desafíos para una movilidad segura y eficiente.
En esta etapa, las autoridades están llamadas a repensar las estrategias de seguridad vial. Esto incluye implementar medidas como el fortalecimiento de la infraestructura vial, la mejora de la educación y la concienciación sobre seguridad vial, así como un seguimiento más estricto de las infracciones de tránsito.
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