Youssef es uno de los pocos refugiados de Gaza que ha llegado a Suiza desde el comienzo de la guerra. Tratado en Ginebra después de haber sido herido por el ejército israelí, el adolescente espera regresar algún día a su tierra natal. Una tierra, dice, que los habitantes de Gaza “nunca abandonarán”.
Los niños heridos en la guerra de Gaza llegaron a Ginebra el pasado mes de febrero gracias a una asociación que les consiguió visados médicos para 90 días. Desde entonces, dos familias han obtenido asilo en Suiza y una tercera todavía está en proceso.
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El doctor Raouf Salti rescató a varios habitantes de Gaza del infierno del asediado enclave palestino. Este médico es un hijo de la Nakba. Sus padres fueron expulsados de Palestina a Siria en 1948, durante la creación del Estado de Israel. Tras estudiar en Francia, Raouf Salti se instaló en Ginebra para ejercer la urología, entre dos viajes.
“Cada seis meses realizo una misión humanitaria en Cisjordania, Madagascar y el Líbano. Es algo importante para mí. No es sólo para los niños de Gaza o Palestina. Porque un niño nunca decide lo que hacen los adultos, lo soporta”, testifica en el programa de las 19.30 horas de la RTS.
Visas medicas
A través de la asociación Children’s Right for Healthcare, de la que es cofundador, Raouf Salti obtuvo visados médicos para Houthaifa, de casi 4 años, Kinan, de 2 años y medio, y su madre Amira, para que los más pequeños, por el beneficio de diálisis cuando su hospital fue bombardeado por el ejército israelí, pudo recibir tratamiento en Ginebra. Después de cuatro operaciones de riñón, Kinan ya está recuperado.
En junio, la familia obtuvo asilo en Suiza. Pero el dolor de Amira continúa desde que el ejército israelí mató a su marido hace dos meses. “Lo que es horrible y frustrante es que llora en silencio, es como si se estuviera tragando un cuchillo. [Son fils] le dice que deje de llorar. Tiene un sufrimiento interno que no puede expresar”, afirma Raouf Salti.
“Los habitantes de Gaza no se irán”
Otras dos familias de Gaza están refugiadas en Ginebra. Entre ellos, Youssef y su madre, que dejó a otros cinco niños en territorio palestino para acompañar a su hijo de 17 años que perdió una pierna en un bombardeo israelí mientras hacía cola para llenar un contenedor de agua.
Atrapados bajo los escombros, su riñón y su colon también resultaron dañados. Cuando llegó a Ginebra en febrero, el adolescente pesaba 29 kilos. Hoy, tras meses de tratamiento hospitalario, ha ganado peso y recuperado las mejillas.
Pero la vida todavía no tiene sabor para él, sabiendo que su familia está en peligro bajo los bombardeos, sin agua y comida. “Los habitantes de Gaza nunca se han rendido. Ya sea que haya una guerra, dos guerras o incluso diez guerras, el pueblo de Gaza no se irá. Nunca perderán la esperanza y perseverarán hasta recuperar sus tierras”. asegura Youssef.
Tema de televisión: Cecilia Mendoza
Adaptación web: otra vez
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