“Los hechos ocurrieron durante el recreo del jardín infantil entre las 12:20 y las 12:30 horas, confía Lise Amorison, directora de la escuela. Un maestro que supervisaba vio a dos personas vestidas de payasos cerca de la puerta. Evidentemente, los niños se acercaron y los dos individuos arrojaron nic-nac por encima de la puerta. Cuando el maestro se acercó, huyeron. La profesora me avisó y llamé a la policía y a Smur”.
Resultó que 18 niños habían comido estas galletas. Unos minutos más tarde, experimentaron dolores de estómago, de cabeza y vómitos. Algunos tenían temperatura. “Tres estudiantes cuyas temperaturas no bajaban fueron llevados a la sala de emergencias, pero llamé a los padres y pudieron irse a casa”. especifica Lise Amorison.
¿Un intento de envenenamiento? Esta hipótesis no se puede descartar, pero el director puede tener otra explicación. “Son niños pequeños y algunos tal vez no querían ver payasos. Tenían mucho miedo, lo que quizás pueda explicar ciertos síntomas. Afsca vino y se harán análisis pero de todos modos si hubo intoxicación alimentaria no fue del colegio ya que entre los niños afectados encontramos algunos que se habían comido los bocadillos. Jugamos nuestro papel y tomamos nuestras precauciones y tanto es así. mejor si no es una intoxicación alimentaria”.
dos mujeres
Una ola de pánico recorrió otros colegios de la entidad, reportándose envenenamiento con dulces. El alcalde, Luc Vansaingèle, dio noticias tranquilizadoras al final de la tarde.
“Una investigación vecinal pudo determinar que estas dos personas, aparentemente mujeres, estaban de paso por Basècles y que no actuaron con el objetivo de causar daño, aunque arrojar galletas a los niños de esta manera es una forma de hacerlo. el menos especial. Hasta el momento no han sido detenidos. Ahora será necesario determinar las causas exactas de los síntomas que sienten los niños”.
La hipótesis de un acto malicioso parecía muy cuestionable según Luc Vansaingèle. “Dos trabajadores vieron a estas dos personas, visiblemente vestidas de rojo y negro, comiendo tranquilamente su bocadillo en el merendero que hay justo al lado del colegio. Parece sorprendente permanecer tanto tiempo cerca de él si realmente se quiere envenenar a alguien. En cualquier caso, se ha aconsejado a los padres que llamen al médico en caso de nuevos síntomas.
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